El Barça consumó la temporada de la vergüenza

Bartzokas

Bartzokas / EFE

Maite Antón

Maite Antón

Esta temporada no podía acabar bien para el FC Barcelona. Se consumó el fracaso en Valencia y se cerró la tercera temporada consecutiva en blanco. Un adiós que no cogió a nadie por sorpresa tras un curso que ha sido una auténtica pesadilla de principio a fin. Un desastre absoluto por el que se deben asumir las consecuencias. Las culpas están repartidas, pero es ahora cuando los máximos responsables de la sección de baloncesto deben dar la cara y tomar decisiones. Más de uno debería dimitir tras la que se recordará como la temporada más triste y vergonzosa del Barça. 

La planificación fue un despropósito desde el principio. Se fichó tarde y los refuerzos temporales que llegaron a lo largo de la temporada han sido en su mayoría nefastos. La plantilla tenía una media de edad demasiado elevada, y con jugadores que ya habían cumplido su ciclo en el Barça, para afrontar las exigencias de esta temporada, sobre todo con la ampliación de partidos en la Euroliga. A Rodrigo de la Fuente el club no se lo puso fácil durante el curso para reforzar el equipo ante el calvario de lesiones, pero sus elecciones no fueron acertadas. Su continuidad parece complicada desde la llegada de Nacho Rodríguez.  

Bartzokas decepciona

Bartzokas no tenía la plantilla que deseaba, un riesgo que asumió con su fichaje por el Barça, y es cierto que ha tenido que sortear muchos obstáculos, pero no ha sabido reconducir en ningún momento el rumbo de una plantilla perdida desde el principio ni hacer reaccionar al grupo. Su primer año ha sido decepcionante.

Y, finalmente, los jugadores han protagonizado una campaña para olvidar, sin carácter ni fortaleza mental para cambiar el signo de la temporada. Las lesiones han influido en el rendimiento del equipo, sin duda, pero no es excusa ante la falta de intensidad, agresividad y orgullo demostrada en muchos partidos. Debe haber una renovación absoluta en todos los sentidos. Y las decisiones se deben tomar desde ya, esperando que la planificación para la próxima temporada haya empezado hace meses para no volver a cometer los mismos errores.

RENOVACIÓN TOTAL

Albert Soler, quien también debe reconocer sus errores en la dirección de la sección, y sus nuevos hombres fuertes tiene que hacer una seria reflexión sobre lo acaecido esta temporada. Porque no se puede volver a repetir. El Palau, la afición y la sección de basket del Barça no merece que se repita esta pesadilla.

Hay que reinventarse y ante todo partir de premisas básicas como fichar a jugadores que sepan lo que es jugar en el Barça, un núcleo duro de jugadores nacionales. Líderes que tiren del carro y con los que la afición se sientan identificados, dando oportunidades a los jóvenes de la cantera que tengan proyección para el primer equipo. Un técnico con personalidad que sepa llevar las riendas del vestuario. Y toca decidir el futuro de Navarro. Un tema espinoso, sí, pero que no se ha sabido llevar y que toca resolver sin miedo. Mucho trabajo por delante, empezando por devolver la ilusión a una afición deprimida e indignada.