El Barça ni ha cambiado ni puede cambiar

El Barça ni ha cambiado ni puede cambiar. Porque si cambia, se equivoca. El Barça ha ganado lo que ha ganado en la última década gracias a un estilo que es irrenunciable. Un estilo que viene trabajándose desde hace más de 30 años y que ha alcanzado su máximo esplendor con los proyectos de Rijkaard, Guardiola, Tito Vilanova y Luis Enrique. Cada entrenador ha puesto su particular granito de arena al modelo. Pero siempre ha sido el mismo. Porque no puede ser otro. Porque sería un error pensar que el Barça puede jugar de otra manera. Básicamente porque dejaría de ser el Barça. Y eso, por supuesto, nadie lo va a permitir. Lo saben los técnicos. Y lo saben los jugadores. Por eso Neymar, en la entrevista que ha concedido a Gol TV, reconoce que, aunque el equipo no esté ofreciendo en estos momentos su mejor versión, no van a cambiar su manera de jugar. “El Barça tiene su filosofía. Venimos de unos partidos en donde no lo hicimos bien, pero el Barça sigue siendo el Barça. Y creo que lo va a seguir siendo mucho más”, asegura el crack brasileño. Está claro: por mucho que las cosas no salgan, hay que insistir. Persistir. Es el único camino que tiene el Barça para recuperar su mejor fútbol. Y volver a ganar.

Tras este fatídico mes con tres empates consecutivos en la Liga, podría existir la tentación de modificar cosas. De hacer cambios. El propio Luis Enrique, presionado por los resultados, podría caer en ese error. O los jugadores. Pero no va a ser así. No puede ser así. Porque entonces el desastre sería todavía mayor. Porque entonces el Barça se desnaturalizaría. Y dejaría de ser el Barça. Y dejaría de ganar. La única solución pasa por recuperar la confianza, el equilibrio y la precisión. Porque para jugar como juega el Barça hay que tener mucha precisión. Lo requiere la excelencia futbolística. El entrenador Lluís Carreras, con el que tengo el placer de coincidir en las tertulias de Barça TV, siempre recuerda lo mismo: “En este club, tan importante como ganar es la forma de ganar”. Él, que pasó por las categorías inferiores y llegó al primer equipo, sabe de lo que habla. Del estilo. Del modelo. De una filosofía que está en el ADN de los jugadores forjados en La Masia y que debe inocularse a los nuevos fichajes.