Rondo blaugrana

¿Áreas o círculo central?

Leo Messi, ante el Sevilla

Leo Messi, ante el Sevilla / sport

Xavi Torres

Los dos últimos partidos en Manchester y Sevilla han reabierto el debate sobre la manera que más le conviene al Barça de afrontar los partidos. Ante el City dominó la primera parte y cedió tras el descanso para el 3 a 1 final; en el Pizjuán se perdió en la nada de los primeros 45 minutos para resucitar en la segunda parte y ganar el partido por 1 a 2. 

Los amantes de la contundencia en las áreas rivales tienen en este Barça uno de sus destacados argumentos. La teoría parece simple: si tienes a los mejores delanteros del mundo, utilízalos. Se trata de hacerles llegar el balón lo antes posible para que ellos resuelvan el partido a su manera. Es cierto que esta fórmula suele estirar el equipo y provocar correcalles pero, una vez más, como tus delanteros son mejores que los del contrario la mayoría de las veces el resultado va a caer de tu parte. Y así ha sido en infinidad de ocasiones. Luis Enrique ha liderado la evolución del método en esta dirección convencido de que jugando así el presente y el futuro es azulgrana. Y hay muchas posibilidades de que así sea. 

Pero hay quien introduce matices. Es lógico que el técnico asturiano plantee el fútbol de su equipo como lo siente, lo entiende y, seguramente, como lo ha vivido siempre, es decir, a toda pastilla. Pero, aceptando que la superior calidad de los delanteros supone una ventaja enorme, hay dos cuestiones (resumiendo mucho) que preocupan. La primera, que hay equipos en el mundo que también tienen jugadores muy buenos capaces de acertar ante tu portero. Si además participan de un partido abierto puede pasar que ellos estén más acertados. Peligro. Y la segunda, que la pérdida del balón y la inferioridad de elementos en el centro del campo desactiva a Messi y al resto del tridente hasta la desesperación del equipo. Peligro doble.

Con el debido respeto para todas las partes, nos alineamos con los que defienden el círculo central para dominar el área rival. Llenar el centro del campo -como hizo el Barça en esos 25 minutos maravillosos de la primera parte en el Etihad o la segunda parte del pasado domingo en Sevilla- acerca al Barça a su mejor versión. 

PD: Lo de Messi no tiene nombre y sobrepasa cualquier teoría y cualquier debate. Lo que hizo en el Sánchez Pizjuán tras el descanso fue puro arte. Inteligencia única para el talento y el trabajo. Felicidades a todos los que vieron el partido porque su actuación fue un auténtico regalo difícil de olvidar.