El 'annus horribilis' de Iniesta

Andrés Iniesta en la campaña de promoción de TAG Heuer

Andrés Iniesta en la campaña de promoción de TAG Heuer / Tag Heuer

Ernest Folch

Ernest Folch

El Barça cruza hoy el último gran río de la Liga ante un Espanyol crecido y muy bien entrenado que inevitablemente considera el derbi como uno de sus grandes momentos de la temporada. El Barça debería haber salido con el once de gala con Neymar de nuevo en el once, pero se confirma que otra sobrecarga en los abductores de Iniesta va a dejarlo fuera otra vez de la convocatoria, un jarro de agua fría que por desgracia ya se ha convertido en rutinario. Y confirma que este es definitivamente su ‘annus horribilis’: es uno de los jugadores menos utilizados por Luis Enrique esta temporada y rara vez ha podido disputar más de dos partidos seguidos. Se tiene asumida la ‘Messidependencia’, pero se habla mucho menos de la ‘Iniestadependencia’. Porque se han escrito muchas teorías, y algunas con razón, sobre las causas que han llevado al Barça a ser tan irregular a lo largo del año: el famoso fondo de armario, algún bajón físico, problemas de concentración y algún que otro vaivén táctico. Sin embargo, se ha tenido demasiado poco en cuenta que con Iniesta ausente o sencillamente a medio gas el juego elaborado es mucho más difícil de sostener, la velocidad de pelota baja y en consecuencia la capacidad de dominar el partido. O lo que es lo mismo, sin él un encuentro se convierte en una montaña rusa a expensas de Messi y de la inspiración del tridente. Iniesta no solo controla el tiempo del partido, y lo acelera o ralentiza según convenga, sino que es capaz de desbordar en una zona del campo donde obtener superioridad es vital. Cada partido sin Iniesta es como si el equipo tuviera que reprogramarse desde cero y por eso su ausencia es un serio contratiempo para el Barça. Sin él solo caben soluciones provisionales y parches peligrosos. A día de hoy ya podemos decir que el Barça ha jugado este año sin Iniesta, un lastre que explica el fútbol desigual del equipo. La situación obliga al club a encontrarle un suplente de garantías de cara al año que viene, algo a la vez muy difícil y/o muy caro.