El 'annus horribilis' del Barça

Leo Messi y Cristiano Ronaldo, durante la disputa de un Clásico

Leo Messi y Cristiano Ronaldo, durante la disputa de un Clásico / sport

Toni Frieros

Toni Frieros

Es posible que el histórico éxito del Real Madrid en Cardiff haya hecho renacer por estos lares aquel viejo complejo de inferioridad que algunos llaman ‘madriditis’. Eso podría ser tan cierto como que al otro lado del puente aéreo también han tenido en el último decenio una sobredosis de ‘barcelonitis’ aguda, simbolizada en aquel dedo traicionero de José Mourinho en el ojo del añorado Tito Vilanova. Conquistar tres Champions League en cuatro años, en todo caso, podría ser tan extraordinario como hacer un ‘sextete’ o dos ‘tripletes’. O no, eso va en función del criterio de cada uno... 

Nada equiparable, sin duda, a la admiración, respeto y prestigio alcanzado por el Barça a través del balón, porque ese privilegio es consecuencia de una forma de ser y de una manera de hacer... Y es indiscutible que nadie ha jugado al fútbol en el mundo entero como lo hizo el Barça de Guardiola. Ni el de Zidane...

Sin embargo, la excelencia no es eterna. De hecho, diríase que ha sido un verdadero milagro que el FC Barcelona haya alargado en el tiempo su estado de gracia. Por lo tanto, es ley de vida que ese ciclo glorioso haya ido disipándose muy poco a poco. Por muy acostumbrados que estemos al caviar, es imposible ganar siempre y menos en un deporte tan competitivo como es el fútbol, donde muchos clubs invierten ingentes cantidades de millones para llegar un día, precisamente, a ocupar la posición que ha venido ocupando el FC Barcelona. 

Dicho todo ello, el club azulgrana debería ser el primero en hacer una autocrítica sincera y reconocer que no ha sido, en absoluto, una buena temporada para la entidad, ni en lo deportivo ni en lo social, más que nada por el excesivo ruido judicial. Habrá que aplaudir el rigor en la gestión del club, sí, el sostenido crecimiento económico, también, incluso la universalización de la entidad, pero deportivamente hablando el FC Barcelona ha vivido un ‘annus horribilis’. No hay Copa el Rey que lo sostenga, por meritoria que sea.

Habría que remontarse a muchos años atrás para encontrar una temporada donde los cinco deportes profesionales de la casa hayan pinchado en hueso en sus respectivas competiciones europeas. Especialmente grave ha sido el comportamiento del baloncesto, que ha tocado fondo. Tampoco el balonmano ha podido dar una alegría en Europa, dado que en España no tiene competencia alguna. Ni siquiera el hockey patines...

Que el equipo de fútbol haya sido eliminado dos años seguidos en los cuartos de final de la Champions pone de manifiesto que ha perdido competitividad, algo grave si tenemos en consideración que cuenta con el mejor jugador del mundo, Messi, y con la mejor delantera junto a Neymar y Suárez. Hay algo que no acaba de ir bien. La entidad debería hacer una profunda reflexión y una autocrítica sincera.

Tan cierto como que el club ha perdido muchas energías en vericuetos judiciales. Ha tenido que reconocer fraude fiscal porque así lo decidió en su día la junta directiva. Y esa ha sido una pésima noticia. Una solución que ha indignado a una gran parte del barcelonismo. Bartomeu se ha esforzado en ir cerrando carpetas, sí, también la suya, pero el ‘tema Neymar’ sigue supurando. No, no ha sido un año de bienes.