De André Gomes a Paulinho

Paulinho ha entrado con buen pie en el Barça

Paulinho ha entrado con buen pie en el Barça / EFE

Joan Mª Batlle

Joan Mª Batlle

No son los cracks del equipo, ni siquiera tienen un puesto seguro entre los once jugadores llamados a competir en los grandes partidos de la temporada. Pero el fútbol no es solo las estrellas, son los equipos, y los once que juegan y los veinticinco que tiene a su disposición el entrenador han de ser muy buenos, buenísimos. Es más, sin estos jugadores que podríamos llamar secundarios de lujo los títulos se ponen muy difíciles, casi imposibles, como se vio el año pasado. La cuestión es que el Barça necesita fondo de armario y que no repara en gastos para conseguirlo. La temporada pasada fue a por el centrocampista de este perfil que más consenso generaba, un medio que destacaba en el Valencia y que decían que el Madrid también lo quería, André Gomes. Tal vez los técnicos se fiaron más del coro de ángeles que rodeaba al portugués, excelentemente representado y coreado, valga la redundancia, que de sus propias conclusiones. Igual faltó trabajo de campo, seguirle y analizarle más a fondo, pero el caso es el que el fichaje no dio los frutos inmediatos esperados. Y así, el Barça se ha encontrado esta temporada con el mismo agujero que tapar, el de un futbolista todoterreno de calidad, que corra, oxigene y dote de músculo al equipo. Que tenga sentido táctico y llegada a la puerta contraria. Que sea complemento de Busquets e Iniesta, que sea comodín en un momento determinado. Pensarán ustedes que con tantas virtudes como se le exigen no se trata de un fichaje menor. ¡Exacto! No por no ser mediático se es menos importante. 

LA MORALEJA Valverde pidió un fichaje de estas características nada más llegar. Y los técnicos esta vez no se fijaron en aquello que cuando les conviene dicen que es tan importante: que conozcan la Liga española para asegurar un rendimiento inmediato. Esta vez se fueron nada más y nada menos que a China. Allí estaba Paulinho, un jugador al que en teoría se le había pasado el arroz, un futbolista que tuvo su momento con Brasil pero que últimamente Tite había recuperado para la ‘canarinha’. En un principio, Paulinho sonó a broma y la cosa se exageró con la realidad de nuestros días, las redes sociales que crean estados de opinión en un plis plas a menudo sin más base que estados de ánimo puntuales, como la decepción general reinante por los Verrattis y Coutinhos que no llegaban. Sin embargo, Paulinho tenía sentido, era el Keita de Guardiola, tiene las condiciones que faltaban en la plantilla. Y así, en menos de un mes, ha pasado de criticado a coreado por el Camp Nou, todo lo contrario que André Gomes, que llegó con expectativas de crack y ha acabado siendo carne de Twitter. La moraleja es clara: este tipo de jugadores también son clave en los grandes equipos. André Gomes fue un fichaje más de cara a la galería que a la eficacia, que es lo que parece que será Paulinho. El fútbol no engaña y en tres partidos ya le hemos visto hacer al brasileño más cosas que al portugués en un año. Goles, asistencias y actitud, el equipo lo agradecerá. Tampoco quiero ser injusto con André Gomes, en su caso puede que la juventud y la falta de experiencia para este rol le perjudique, pero lo que está claro es que Valverde tiene ahora lo que Luis Enrique no tuvo: un jugador número 12 de alta fiabilidad. Y esto, señores, es muy, pero que muy, importante.