WNBA

El sueño dorado de la NBA femenina

Un total de 13 jugadoras han jugado en la WNBA. Amaya Valdemoro (Houston) y Betty Cebrián (New York) fueron las pioneras en 1998. Siguieron su estela Marina Ferragut, Elisa Aguilar, Begoña García, Isa Sánchez, Marta Fernández, Nuria Martínez, Anna Montañana, Sancho Lyttle, Anna Cruz, Astou Ndour y Marta Xargay 

Anna Cruz y Marta Xargay

Anna Cruz y Marta Xargay / sport

Maite Antón

Desde otoño hasta final de junio hablamos día y noche de la llamada mejor Liga del mundo, la NBA. Los hermanos Gasol, LeBron James o Stephen Curry, por poner algunos ejemplos, copan los titulares de la sección de baloncesto de los medios deportivos, pero cuando llega el verano parece como si la actividad baloncestística en las pistas estadounidenses cesara a ojos de muchos. Pero no es así. En los meses veraniegos es el turno de la NBA femenina, la WNBA, competición que también reúne a las mejores jugadores de este deporte y que cuenta esta temporada con las catalanas Marta Xargay y Anna Cruz, además de la nacionalizada Sancho Lyttle. 

Xargay, de 24 años, ha sido la última española, en concreto la número 13, en cruzar el charco. Tras poner fin a seis temporadas en el Perfumerías Avenida y colgarse el bronce en el pasado Eurobasket de Rumanía y Hungría, la gerundense se unió a las Phoenix Mercury, equipo que actualmente ocupa la segunda posición en la Conferencia Oeste con un balance de 15 victorias por 10 derrotas. En 11 partidos jugados –se perdió varios al estar dos semanas KO por lesión–, sus números son de 4,8 puntos, 1,7 asistencias y 1,2 rebotes en un promedio de 14,2 minutos en pista. 

“Es como lo vemos en las películas. Aún no he tenido mucho tiempo para ver Phoenix porque jugamos muchos partidos, y además hace mucho calor para estar paseando”, bromea Marta sobre su estancia estas semanas en Estados Unidos. Asegura que le ha sido fácil adaptarse al baloncesto americano, aunque el aspecto que más le ha costado ha sido “el nivel físico porque es muy diferente a Europa”. Su equipo, las Mercury, son las vigentes campeonas de la WNBA y acechan en la clasificación a las Minnesota Lynx de su compatriota Anna Cruz.

¿Tienen opciones de ganar el anillo? “Creo que ahora mismo estamos en una fase de crecimiento, aún tenemos que mejorar cosas. Aquí vamos partido a partido y ojalá pudiéramos revalidar el título”, asegura con prudencia Xargay. Sobre las jugadoras que más le han impresionado, la catalana se decanta por dos de sus compañeras: “Nunca había jugado con Candice (Dupree) y me está gustando mucho su estilo de juego y jugar con Brittney Griner es una pasada”. Marta, por cierto, no sabe si el año que viene repetirá experiencia porque el 2016 “es complicado al tener el preolímpico con la selección”.

De Nueva York a Minnesota

Para Anna Cruz es su segunda experiencia en la WNBA. Debutó el año pasado en las New York Liberty y esta campaña milita en las filas de las Minnesota Lynx, que lideran el Oeste con 18 triunfos y 7 derrotas. “El balance es positivo. Pese a que me he incorporado un mes tarde al equipo, me he adaptado rápido al estilo de juego y estoy jugando más de lo que pensaba, así que estoy muy contenta. En teoría he dado un paso adelante incorporándome a un equipo con opciones de luchar por el título, así que espero poder ayudar en todo lo que pueda”, cuenta la jugadora barcelonesa, de 28 años, que lleva un promedio de 7,5 puntos, 4,2 rebotes y 2,5 asistencias en los 27,6 minutos que ha estado de media en pista en 13 encuentros.

Cruz está encantada con la enorme profesionalidad de los equipos americanos. “Nos cuidan muchísimo, solo te tienes que preocupar de entrenar al cien por cien. Aunque es un estilo de juego diferente al europeo, me gusta la forma de jugar, un poco más por impulso y sensaciones que por táctica”, señala. 

Está aprendiendo mucho al lado de “Lindsay Whalen, nuestra base titular, lucha hasta el final y nunca tira la toalla, siempre está animando a las compañeras sobre todo cuando las cosas no van bien”. También es un lujo compartir vestuario con una de las mejores jugadoras del mundo como es Maya Moore. “Se toma los entrenamientos muy en serio, es muy profesional y trabajadora. Es un ejemplo a seguir”, afirma Anna. Por cierto, anécdotas no le han faltado en su vida en USA. “Me di cuenta de que tenía el carné del coche caducado justo cuando iba a alquilar un coche para ir a los entrenamientos y moverme por la ciudad. ¡Bravo!”, ironiza Anna.