Pau Ribes pide acabar con la discriminación en la natación sincronizada

Pau Ribes, junto a Gemma Mengual

Pau Ribes, junto a Gemma Mengual / EFE

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Pau Ribes ha formado pareja con Gemma Mengual, considerada la deportista más relevante en la historia de la natación sincronizada española, cuando esta decidió interrumpir su retirada para afrontar un reto inédito en los pasados Mundiales de Kazan 2015. Pau Ribes es el considerado como el Billy Elliot de la natación sincronizada española, el pionero que ha roto las barreras en una disciplina que tradicionalmente se entendía como femenina.

-¿Cómo llega a interesarse un niño por la natación sincronizada?

-Yo siempre he estado en el agua, desde bien pequeño. Hacía natación. La 'sincro' la descubrí gracias a un espectáculo de natación sincronizada que hacían chicos y chicas en Montjuic, en Barcelona. Eran chicos de waterpolo, que hacían cosas muy básicas de la sincro. Me entró por los ojos, me encantó lo que vi. Después, lo probé y ya me enganché.

¿Qué recuerda de esa época?

-Empecé en un pueblo muy pequeño, cerca de Barcelona, en la típica piscina municipal. Ahí es cuando aprendí cosas básicas de la sincro, como los cambios de posiciones, pero me quedo con la sensación que me producía estar en el agua y hacer otras cosas que no eran solo nadar. Cuando descubrí que se hacía con música, aún me gustó más.

¿Era el único chico?

-Sí. Me entero cuando me apunto en el CN Granollers. Al principio fue raro, pero no me cerraron las puertas. En el club estaban encantados porque era una novedad. Yo era el chico que quería hacer sincro y era algo diferente. No me cerraron nunca las puertas, al revés, me las abrieron. Por ejemplo, gracias a mi club he podido competir en un Campeonato de España. Se hizo una recolecta de firmas para cambiar el reglamento porque no especificaba si las personas de sexo masculino podían participar. Yo estaba en un mundo de chicas o que hasta entonces era de chicas. Ahora tengo la suerte de que se ve también la parte masculina de la natación sincronizada y creo que es más vistoso.

Después de mucho tiempo persiguiendo un sueño, sin embargo, su primera reacción es decir 'no' cuando le proponen preparar un dúo mixto para los Mundiales de 2015. ¿Por qué?

Cuando mis compañeras dieron el salto a la selección, mi futuro se quedó limitado a los Campeonatos de España. Me quedé sin equipo, hasta que me acogieron las Panteres Grogues. Ahí me reencontré con Iris Brunsó, mi entrenadora en el CN Granollers, y entrenaba dos o tres días por semana. Lo combinaba con el gimnasio, pero la carga de trabajo era mucho menor que cuando competía. Cuando me entero de que van a probar el dúo mixto, lo vi como un gran paso para la natación sincronizada, pero en ningún momento pensé que podrían contactar conmigo. Mi primera reacción fue decir que no, porque no veía claro preparar un dúo para un Mundial. No me veía preparado. Después me convencí de que tenía que intentarlo, no podía tirar la toalla. Salió muy bien, aquí estoy, muy agradecido porque a mí nunca me han cerrado las puertas. Al revés, me han ayudado en todo. Y encima me tocó competir junto a Gemma Mengual, que para mí lo es todo. Es quien realmente me ha abierto este camino y eso dice mucho de ella.

-¿Qué sintió al saber que el dúo sería con ella?

-¡Pensaba que estaban locos! ¿Nadar con Gemma Mengual? ¡Eso no puede ser! No me lo creía. Durante los primeros entrenamientos, de hecho, yo me hacía chico.

-¿La confianza que tenía en sí mismo como deportista cambia a partir de esa decisión?

-Mi vida dio un vuelco, pero positivo. Hicimos historia. No íbamos a buscar un resultado sino a abrir la puerta a las próximas generaciones. Me ha tocado a mí porque alguien lo tenía que hacer, pero no soy ni especial ni diferente. He roto una barrera pero no la he roto solo. Alguien tenía que empezar. Yo soy una persona normal y corriente, no tengo nada de diferente. Todos somos iguales. Las barreras son las que te echan para atrás y me gustaría que se terminaran la discriminación y la injusticia en todos los ámbitos de la vida. En el deporte, en concreto, para mí el sexo no importa.

- ¿Se siente pionero?

-Sí, me ha tocado ser el pionero de la sincro masculina en España pero entre todos hemos hecho historia. Con las futuras generaciones se verán los resultados. La sincro está cambiando, pero hay mucho camino por delante.

-¿Hasta llegar a los Juegos Olímpicos?

-Me encantaría. No sé si es un sueño muy cercano, aunque ya hay mucho nivel en países como Estados Unidos, Rusia o Italia. Yo me imagino no solo un dúo mixto en unos Juegos Olímpicos sino también un equipo mixto o un combo mixto. Para esto hay que hacer captación, porque el deporte sigue siendo minoritario.

-¿Ha crecido el interés de los hombres por la sincronizada?

-En Barcelona, sí, pero también se necesita tecnificación, como sí tienen las chicas. Yo quiero que los niños tengan más de lo que yo no he tenido durante mi crecimiento como deportista.