Ledecky consigue un récord estratosférico en el 1.500 en el Mundial de Kazán

Katie Ledecky no tiene tope. Lo demostró en el Mundial de Barcelona en 2013 y lo está demostrando en este Mundial de Kazán. Esa joven estadounidense de solo 18 años arrasó de nuevo en la final de los 1.500 batiendo el récord del mundo que ella misma consiguió el día anterior en las seminfinales. Los 15.25.48 con los que tocó la pared rebajan en casi dos segundos su anterior plusmarca, y lo consiguió en una carrera excepcional. Desde el primer 50 Katie ya nadó con tiempos de récord del mundo que poco a poco fue ampliando para acabar con este cronómetro estratosférico. Las rivales nada pudieron hacer ante la inmensa superioridad de la norteamericana. La medalla de plata se la colgó la neozelandesa Lauren Boyle con 15.40.14, mejor marca de oceanía, así que tocó la pared de la piscina nada menos que casi 15 segundos más tarde que Ledecky. El bronce fue a parar a manos de la húngara Boglarka Kapas que nadó en 15.47.09.

Pero la fuerza de esta nadadora nacida en Washington es portentosa. 28 minutos después de batir el récord de una prueba con tanto desgaste como es el 1.500, Ledecky volvió a tirarse a la piscina para nadar las semifinales de los 200 libres. Empezó muy tocada. Fue última en el primer largo, siguió octava en el segundo, subió a la séptima plaza en el 150 y progresó en el último 50 hasta acabar tercera y meterse en la final de la distancia. Una proeza al alcance solamente de los privilegiados.

Hubo otros dos récords del mundo en la piscina del Kazan Arena Stadium, ambos en los 50 braza. En la sesión matinal, el sudafricano Cameron van der Burgh rebajó el tope en su serie con un crono de 26.62, cinco centésimas por debajo de la plusmarca que él mismo poseía de 26.67 pero conseguido con los bañadores de poliuretano que utilizó en Roma 2009. Pero poco le duró en esta ocasión la marca puesto que en las semifinales de la tarde fue el británico Adam Peaty quien nadó por debajo de este tiempo y logró un nuevo récord con 26.42. Atentos a la final de mañana donde saltarán chispas.

MELANI, MAL EN EL 200 LIBRE

La decepción llegó por parte de la natación española con la actuación de Melani Costa en el 200 libre. La nadadora mallorquina no consiguió ni siquiera meterse en la semifinal de los 200 libres tras nadar con un crono de 1.59.00, un mal tiempo si tenemos en cuenta que llegaba a Kazán con 1.56.92 como marca conseguida este año. La nadadora balear reconoció que falló: "La verdad es que no puedo decir nada. No estoy fuera, estoy fuerísima, pero también hay que aprender de los errores", dijo en la zona mixta tras nadar su serie.

La sensación de Marc Sánchez en el 800 libre fue muy diferente pese a que tampoco se clasificó para la final. El nadador del CN Sabadell superó su marca personal en casi tres segundos y acabó con el 12ª con 7:51.19, un crono que ni él mismo esperaba conseguir: "No esperaba rebajar mi marca en casi tres segundos. Ha sido una carrera muy rápida con Sun Yang al frente y no puedo perdir más", señaló el catalán que, lógicamente, estaba satisfecho con su actuación.

EFIMOVA, PRIMER ORO PARA RUSIA EN NATACIÓN

La nadadora rusa Yuliya Efimova derrotó a la gran favorita en la carrera de los 100 braza, la lituana Ruta Meilutyte, y consiguió por fin la primera medalla de oro en natación para Rusia. La grada del Kazan Arena enloqueció con la actuación de esta nadadora que cumplió una sanción por dopaje de 16 meses y volvió en marzo a la competición, lo que da más mérito a este triunfo al llegar con menos tiempo de preparación. Efimova ganó con un crono de 1:05.66, por los 1:06.36 de la lituana mientras que el bronce fue a parar a manos de la jamaicana Alia Atkinson (1:06.42).