La derrota ante Chile levanta ampollas en la selección

Xabi Alonso incendió una vez más el vestuario

Sus compañeros no le perdonan que les acuse cuando él ha sido uno de los peores sobre el campo

Enviados especiales

Xabi Alonso siempre ha sido un verso suelto en el vestuario de la selección española. Aún siendo uno de los hombres fuertes por su peso específico en el juego del equipo y su controvertida personalidad, el centrocampista madridista ha tenido una difícil relación con sus compañeros.

Más en la última época, la del mourinhismo en el equipo blanco que derivó en los conocidos enfrentamientos con el Barça. Así, mientras Casillas y Sergio Ramos lo hablaron con Xavi y recondujeron la situación, Alonso permaneció en el otro lado de la orilla. Mourinhista declarado, consideró una traición a su entrenador acercarse al Barça y a sus jugadores y quedó aislado en las concentraciones de La Roja.

Solo Arbeloa le hizo costado, pero ni sus propios compañeros de club, Casillas y Sergio Ramos, se esforzaron por mantener las apariencias. El problema venía del propio vestuario del Real Madrid. Y en Brasil, tras la decisión de Del Bosque de no incluir a su amigo Arbeloa en la lista definitiva, Xabi se ha quedado solo.

Por esta razón, y porque Xabi Alonso ha tenido dos desafortunadas actuaciones ante Holanda y Chile, sus declaraciones acusando a sus compañeros de falta de actitud han sentado a cuerno quemado. Algunos le han echado en cara que no está precisamente para dar lecciones y otros han optado por pasar olímpicamente de él, como en realidad ya estaban haciendo.

La complicada integración de Xabi Alonso en el grupo es una más de las cuestiones que han aflorado cuando todo se ha ido a pique. Del Bosque hizo equilibrios en las anteriores citas internacionales, pero ahora que se ha juntado el mal estado de forma general y el de Xabi en particular, todo ha saltado por los aires. El seleccionador llevaba tiempo dándoles vueltas a la posibilidad de jugar con un solo pivote y forzar la salida del madridista del equipo titular, pero el equipo ha llegado este año muy justo de fuerzas a Brasil y no ha considerado oportuno restarle el teórico equilibrio táctico que se supone que la da el jugador.

A sus 32 años, su retirada de la selección está cantada. No volverá a jugar con La Roja y en su triste despedida no encontrará a muchos amigos a su lado. El de Maracaná ha sido el último de los incendios que por su carácter ha provocado. Todos consideran que no es elegante señalar a los compañeros cuando tampoco él ha dado la talla en el campo y se le supone uno de los cracks que ha de dar ejemplo.