Estudio de Euromericas Sport Marketing

Las razones de las protestas de los brasileños

Los ciudadanos brasileños tienen bastantes motivos para protestar por un Mundial que le sale muy caro a su país

Sport.es

La Copa del Mundo se pudo haber jugado en 8 estadios, pero el ente encargado del mundial los elevo a 12. Esa determinación llevo a que Brasil 2014 sea el Mundial más caro que jamás se realizó en la historia. Su costo está próximo a los 34,500 millones de dólares, según las cifras recabadas por Euromericas Sport Marketing. Sin embargo, esta cifra podría ahora mismo superar los US$ 37 mil millones acorde a los sobrecostos en las obras proyectadas, señala Gerardo Molina, profesor emérito y especialista mundial en Marketing Deportivo

Solo los estadios costaron cinco veces más de lo que Brasil tenía previsto. Al comienzo, el gobierno brasileño aseguró que la refracción de los estadios no costaría más de US$ 1,000 millones y que sería pagado por  el sector privado, pero ahora ya se sabe que fue costeado por el Estado brasileño.

Lo peor de todo es que las 4 canchas sobrantes (esas que aumentan el Mundial a 12 estadios) están en ciudades donde no hay equipo de fútbol en la primera división brasileña: Brasilia, Cuiabá, Manaos y Natal. El caso más extremo está en Manaos, cuyo mejor equipo compite en la cuarta división de Brasil y congrega a 500 personas cada dos semanas.

Gerardo Molina argumenta esta costosa decisión de Brasil de construir estadios en ciudades sin grandes hinchadas de fútbol: “Lo que buscan es solucionar esa deficiencia y que el fútbol sea más transversal y cruce nuevas fronteras geográficas internas. La meta es hacer más nacional la liga de Brasil con infraestructura para el desarrollo del deporte de alto rendimiento y que así puedan surgir nuevos equipos y estrellas más allá de las zonas donde el fútbol es popular como Rio de Janeiro, Rio Grande do Sul, Bahía y Sao Paulo, entre otras”.

El sobrecosto de los estadios es una de las grandes razones por las que miles de brasileños se lanzaron a la calle a protestar durante la Copa Confederaciones de 2013, Entre los protestantes estaban colectivos tan variopintos como las castañeras que se ubican alrededor de los estadios y que la FIFA, de la mano de la policía brasileña, les impedía ejercer su profesión en ese espacio. “La razón es que una de las peticiones de la FIFA para celebrar el torneo es tener la exclusividad de toda la publicidad y ventas que se ubiquen en un radio de 2 kilómetros en torno al estadio”, explica Gerardo Molina

Controlando ese gigantesco espacio de publicidad en cada estadio, la FIFA consigue recaudar 7,000 millones de dólares en concepto de marketing durante el Mundial, Por culpa de este aspecto, el Gobierno brasileño también expropió parte de propiedades cercanas a las principales vías de transporte que generó otro gran grupo de descontentos con el Mundial, los cuales pueden resurgir durante la Copa del Mundo.

Todavía hay una esperanza para que los sistemas de transporte de Brasil no colapsen, y es a cambio de otra mala noticia: el número de turistas puede ser más bajo de lo esperado por culpa de los altos precios que Brasil ha puesto para la Copa. Esto acerca a la organización del Mundial al fracaso, ya que supone menos ingresos de los esperados por el turismo.

Existe mucha demanda, pero la oferta no es adecuada. "Es el mundial con los precios a nivel internacional más caros de la historia, especialmente en lo que se refiere a hospedaje. En ese rubro es de lejos la Copa del Mundo más cara de todos los tiempos”, indica Gerardo Molina, quien cree que a pesar de todo acudirán más de 900 mil turistas extranjeros y más de 3 millones de visitantes internos que se moverán por las 12 sedes.

Esto significa que el mayor gasto para un visitante extranjero no estará en el vuelo, sino en su estadía, ya que los precios de los hoteles en Rio de Janeiro pueden llegar a ser tan altos como los de Nueva York o Londres, mientras que el precio de un vuelo interno entre Rio y Sao Paulo (400 km. de distancia) puede costar lo mismo que uno entre Nueva York y Los Ángeles (4,000 km).

La misma población brasileña es la víctima más directa del aumento indiscriminado de precios, que abarca hasta los productos más sencillos y simples, como 14.90 reales por un jugo. Para denunciar el abuso de precios se creó la web Rio Surreal en Facebook.