Kimmich aguó la fiesta de Eriksen 'in extremis'

Una Alemania con muchas caras nuevas -y sin el barcelonista Ter Stegen- saldó con un empate agónico su amistoso ante Dinamarca, que se adelantó gracias un rápido gol de Eriksen. El técnico germano, Joachim Löw, ensayó fórmulas con miras a la Copa Confederaciones. Y un postrero tanto de Kimmich le acabó salvando los muebles (1-1).

Dinamarca recibió en casa a un conjunto que poco recordaba a la selección campeona del mundo. El objetivo, por parte alemana, era tantear debutantes y nueva capitanía.

Fue un amistoso con aire experimental, con Julian Draxler como capitán y en el que Löw se permitió el lujo de dejar fuera a sus titulares más consolidados.

Eriksen golpea primero

El seleccionador alemán colocó en su portería a Trapp, que debutaba como internacional, y que en el minuto 15 logró una buena parada frente a Vestergaard. Pero tres minutos después encajó el 1-0, obra del centrocampista del Tottenham Eriksen, con la derecha, aprovechando una falta de entendimiento de los centrales.

Los alemanes no vieron una buena oportunidad de gol hasta el minuto 32, con un buen disparo desde 20 metros de Goretzka, que el arquero Rønnow arañó fuera de la red.

Los de Löw fueron ganando confianza y dominio, aunque no lograron que cuajaran las intentonas de Wagner o Draxler, quien junto con Ginter fue, en la primera parte, el único representante sobre el césped de la selección campeona en Brasil 2014.

Alemania sufrió en los primeros compases de la segunda parte, con varias ofensivas consecutivas danesas, y donde Trapp exhibió notables reflejos.

Kimmich, al rescate

Löw optó entonces por hacer relevos, e hizo entrar al debutante Demirbay en sustitución de quien había tenido cierto protagonismo en cuanto a ocasiones de gol, Goretzka.

Pero, cuando todo hacía pensar que Dinamarca acabaría ganando por 1-0, apareció el centrocampista del Bayern Kimmich para empatar, a pase de Stindl, ya en el minuto 86.

A este amistoso en territorio danés seguirá, el sábado, el partido contra el modesto San Marino en Nuremberg, clasificatorio para el Mundial 2018, y próximo campo de pruebas para los nuevos de Löw, antes del arranque de la Copa Confederaciones asimismo en Rusia.