La presión es alta para los campeones del mundo

España se juega su ser o no ser en Maracaná

España debe ganar este miércoles a Chile para llegar a la última jornada con opciones de pasar y golear, si es posible, para afrontar un posible triple empate

J. M. Batlle / J. Gil

Maracaná dictará sentencia para La Roja. Seguir viva en el Mundial o prolongar una estancia agónica en Brasil antes de afrontar el último partido del grupo ante Australia en Curitiba. España necesita ganar para mantener todas las opciones. El empate le dejaría con esperanzas matemáticas, pero mínimas. Las tablas serían virtualmente una eliminación. El 5-1 encajado ante Holanda complica cualquier empate a puntos ya que el gol average general es el primer criterio en caso de desempate.

La noticia saltó cuando el seleccionador confirmó que Piqué y Xavi se caían del once incial, lista que estará compuesta por: Casillas, Azpilicueta, Javi Martínez, Ramos, Alba, Busquets, Xavi Alonso, Silva, Iniesta, Pedro y Diego Costa. Noticia de una muerte anunciada, ya que Vicente del Bosque avisó el día antes que se podría producir entre dos y tres cambios, sin que significaran "señalar a nadie". 

Tanto Vicente del Bosque como los jugadores se han marcado la única consigna de salir con valentía a por la victoria. La presión es alta para los campeones del mundo. Un KO a las primeras  de cambio sería un golpe muy duro y una manera triste de cerrar un ciclo glorioso. Una generación está a las puertas de la despedida de la Roja y marcharse en la primera fase sería un cruel final. Los internacionales lo quieren impedir,  reivindicar que sus fuerzas  y talento no se ha agotado y que son capaces de pelear nuevamente contra los mejores combinados del mundo.

El rival será Chile. Un viejo conocido que siempre ha complicado mucho la vida a los españoles. Ambos conjuntos disputaron un partido de similares características en el último Mundial que saldó con una ajustado victoria de los de Del Bosque por 2-1, que a la postre clasificó a ambos equipos para los octavos de final. En esta ocasión se miden en el segundo partido del grupo, entonces era el tercero, y es imposible registrar un resultado que deje a los dos conformes.

Chile tiene el seguro de los tres puntos ante Australia. Un empate le dejaría a las puertas de los octavos, si bien los chilenos no se caracterizan por ser un equipo conservador. Alexis Sánchez marca su forma de jugar con su dinamismo, acompañado de otros jugadores de fuerza liderados por el juventino Arturo Vidal, quien está recuperando la forma después de la intervención  de rodilla a que fue sometido hace apenas un mes.

Chile aprieta arriba, presiona y cuenta con un portero que arriesga mucho tanto en las salidas como con los pies como es Claudio Bravo, el meta que ha pedido Luis Enrique para reforzar la portería  blaugrana. Las cartas están sobre la mesa. En España existen muchas más dudas en cuanto al estilo que debe  emplear. El ‘tiki-taka’ quedó muy tocado tras la derrota ante Holanda y algunos jugadores han apelado públicamente por variar el  estilo y buscar un fútbol más directo y vertical. España no puede ser conservadora y esperar a que llegue la oportunidad a base de tocar el balón.

Debe ser incisiva porque la victoria es el único resultado que le vale e, incluso, golear es conveniente para depender únicamente de sí misma en el último partido ante Australia. El triple empate entre Holanda, Chile y España no es descabellado y la diferencia de goles puede dictar quien sigue adelante.

La campeona del mundo se tambalea y una manera de entender el fútbol, también. El camino iniciado por Luis Aragonés en 2008 con la conquista de la Eurocopa está en riesgo de quedar interrumpido de forma súbita en el segundo partido del Mundial. Sería un desenlace inesperado para unos jugadores que llegaron a Brasil en busca de su segunda estrella y prolongar un ciclo con dos títulos de Europa y otro Mundial. El amor propio de los internacionales está herido. Tras caer ante Holanda han cerrado filas, lanzando mensajes de unión y conversando mucho entre ellos con cumbres  internas. Casillas y Xavi son los líderes del grupo y han tomado el mando en las últimas horas. Su experiencia y saber estar en partidos de gran relevancia debe  dar serenidad a todo el grupo.

Otra cosa son las soluciones futbolísticas que encuentre Del Bosque para remediar los graves defectos que se vieron ante Holanda. El salmantino habló de dos o tres cambios. Algunos integrantes de la vieja guardia quizá deban ayudar desde el banquillo, pero ahora no es el momento de lamentarse de situaciones personales. El colectivo y la humildad que hasta ahora la han marcado debe seguir imperando para que la aventura brasileña continúe. La mejor selección de todos los tiempos no puede morir en el templo de Maracaná.