Francia, 65 - España, 52

Francia echó a España de 'su' Mundial

España puso punto y final a su andadura en el Mundial de la forma más dolorosa posible: en cuartos, en casa y de forma inapelable (65-52)

DPA

Francia dio la gran sorpresa del Mundial eliminando a la anfitriona y, a priori, clara favorita, y jugará el viernes la semifinal del torneo ante Serbia, que previamente aplastó 84-56 a Brasil. EE.UU, por su parte, jugará este jueves ante Lituania.

Boris Diaw (16 puntos) y Thomas Heurtel (13) fueron las estrellas de una Francia que también barrió a su rival en el rebote (50-28). Sólo Pau Gasol (17 tantos y 8 rebotes), mermado físicamente, mantuvo el tipo en los anfitriones, que sólo convirtieron dos triples de 22 intentos.

España sufrió una pesadilla durante todo el partido, y ya llegó al descanso con siete puntos de desventaja (35-28)Francia le superó en todas las facetas, sus pívots no encontraron buenas posiciones cerca del aro, y desde la línea de tres fue un desastre: uno en 11 intentos durante 20 minutos.

Por contra, Francia ofreció su mejor versión con una excelente dirección de su seleccionador, Vincent Collet, una defensa extraordinaria y unos ataques llenos de sentido. Y otro detalle: Francia ganó 25-13 en el rebote ante el que se supone que es el mejor juego interior del Mundial. Diaw dirigió las operaciones francesas con ocho puntos en la primera parte.

El Palacio de los Deportes de Madrid recibió el comienzo de la segunda parte con una estruendosa ovación a sus jugadores. Y ese extra de ánimo surtió efecto en España, que marcó un 6-0 de salida con defensa y ataques ordenados. Luego el encuentro perdió vistosidad, con golpes, peleas feas y técnicas. España, que casi siempre fue a remolque en el marcador, sacó ventaja y se adelantó 40-39 a 4:18 del final del tercer cuarto

Los anfitriones entraron en los últimos diez minutos por delante (43-42) con un espectacular 'alley-oop' de Rudy Fernández. Pero Francia reaccionó con furia y se adelantó 51-45 con un triple de Diaw a 6:41 del final.

El partido sólo lo podía perder Francia y no lo hizo. Al contrario, se exhibió ante una España irreconocible. La hinchada española acabó pidiendo del despido de su seleccionador con un grito: "Orenga, dimisión".