Francia debuta en su Mundial con una enorme paliza ante Brasil

Sorhaindo y Nikola Karabatic anotaron dos tantos cada uno en la exhibición 'bleu'

Sorhaindo y Nikola Karabatic anotaron dos tantos cada uno en la exhibición 'bleu' / EFE

EFE

Francia apabulló a una impotente Brasil (31-16) en el estreno del tercer Mundial que organiza en su historia, un buen inicio para la defensora del título que parte como principal favorita en la lucha por el oro.

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MUNDIAL DE BALONMANO FRANCIA 2017

31
16
Alineaciones
FRANCIA, 31
(17+14): Omeyer (p.) Abalo (2), Narcisse (3), Porte (6), Nikola Karabatic (3), Sorhaindo (2), Guigou (3) -siete inicial-, Gerard (p.s., 1), Nyokas (3), Dipanda (3), Fabregas (1), Luka Karabatic (1), Accambray (1), Mahe y Remili (2)
BRASIL, 16
(7+9): Bombom Almeida (p.), Novais (1), Teixeira (3, 1p.), Candido (1), Toledo (5), Pozzer, Langaro -siete inicial-, Santos (p.s., 1), Ponciano, Moraes, Ceretta, Guimaraes, Chiuffa (2), Torriani (1) y Silva (2).

Los anfitriones no tuvieron piedad de la campeona panamericana, que les puso las cosas más difíciles hace cinco meses en los octavos de final de los Juegos de Río con Jordi Ribera en el banquillo en la mejor actuación de la 'verdeamarelha' en toda su historia.

Brasil no dio la talla ante una animosa y voraz Francia, animada por su público y deseosa de entrar con buen pie en una competición que quieren ganar tras ceder sus tronos europeo (ante Alemania) y olímpico ((ante Alemaniacontra Dinamarca, lo que ha herido el orgullo de la mejor generación del balonmano galo.

Tras el descarte de Dika Mem y la baja por problemas físicos de Timothey N'Guessan, el pivote Cédric Sorhaindo fue el único representante galo del FC Barcelona en un partido inaugural en el que anotó dos goles. En Brasil, el jugador del filial barcelonista Gabriel Ceretta se quedó sin marcar.

Bien sustentados por su defensa y con un inconmensurable Thierry Omeyer bajo los palos, que detuvo tres de cada cuatro disparos brasileños, los franceses pusieron la primera piedra de lo aspiran a convertir en su sexto Mundial y el segundo en su territorio tras el de 2001.

De aquella gesta solo quedan dos supervivientes, Daniel Narcisse y el propio Omeyer, quien a sus 40 años muestra una frescura que contrasta con su aspecto, coronado de sus escasos cabellos canosos.

El portero rivaliza incluso con Nikola Karabatic en carisma y apoyo de la entusiasta afición que abarrotó el Arena de Bercy, el mismo escenario remodelado del referido oro conquistado hace 16 años.

Mientras, el combinado brasileño asistió impotente al enorme festín de los 'bleus', incapaz de frenar la sangría goleadora y de perforar el muro galo. A los 10 minutos el marcador reflejaba un 7-2 que obligó al técnico Washington Silva a aferrarse a la regla que permite jugar sin portero, un recurso a la desesperada llamado a convertirse en un clavo ardiendo para los modestos, aunque al descanso ya caía por 17-7.

Pero ni con esas fueron capaces de cambiar el signo de un partido que fue un martirio. Incluso por momentos rozaron el ridículo, como cuando en una pérdida de balón Daniel Narcisse se encontró solo ante la meta brasileña desprovista de portero. Por ello, Silva rectificó y volvió a la ortodoxia del balonmano, que en el actual contexto muestra la gran falla que separa a Francia de Brasil.

Tal era la diferencia que el público se divertía haciendo la ola y comprobando si el presidente, François Hollande, presente en el palco, les seguía en su divertimento, algo que no lograron. En la pista, la diferencia no paró de crecer hasta el 31-16 definitivo que habla por sí solo.

De hecho, el técnico Didier Dinart dio descanso a algunas de sus estrellas sabedor de que el camino hasta la final del próximo 29 de enero es todavía largo. De hecho, Nikola Karabatic descansó bastantes minutos y marcó dos goles.