España se reencontró en la segunda parte y debutó con victoria en el Mundial

Julen Aguinagalde se batió el cobre con la rocosa defensa islandesa

Julen Aguinagalde se batió el cobre con la rocosa defensa islandesa / EFE

La selección española de balonmano inició su andadura en el Mundial de Francia con una sufrida victoria (27-21) sobre Islandia, en un encuentro en el que España sufrió mucho en el primer tiempo hasta que logró ajustar definitivamente su defensa al inicio de la segunda parte.

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MUNDIAL DE BALONMANO

27
21
Alineaciones
ESPAÑA, 27
(10-17): Pérez de Vargas (p.), Víctor Tomás (1), Gurbindo (1), Sarmiento (3), Goñi (3), Ángel Fernández, Aginagalde (3) -siete inicial-, Corrales (p.s.), Valero Rivera (3, 1p.), Dujshebaev, Cañellas (4), Morros, Guardiola (3), Balaguer (4), Costoya y Figueras (2).
ISLANDIA, 21
(12+9): Gustavsson (p.,1) ; Gunnarsson (1), Hallgrimsson (1), Helgason, Gudmunsson (3), Smarason (1) Sigurdsson (5, 1p) -siete inicial-, Edvarsson (p.s.), Kristjansson, Karason (3), Atlason (2), Arnarsson (4), Elisson, Jonsson y Magnusson.

Pese a la insistencia del seleccionador español Jordi Ribera en las jornadas previas de la necesidad de dotar a la defensa e la mayor solidez posible, a los 'Hispanos' les costó un mundo asentar su retaguardia.

Un problema que no sólo facilitó notablemente la tarea al conjunto islandés, sino que impidió a España desplegar el juego de contraataque que tan buenos réditos le dio durante la fase de preparación y sobre el que se sustentan gran parte de sus opciones de pelear por las medallas.

Sin posibilidades de correr, la selección española tuvo que afrontar largos ataques estáticos ante la rocosa defensa 6-0 del equipo islandés, que contó en todo momento con la inestimable ayuda del portero Bjorgvin Gustavsson, que detuvo hasta tres penaltis en el primer tiempo y rindió a un nivel estelar para desaparecer por completo tras el descanso.

Precisamente un gol a portería vacía del guardameta islandés permitió al conjunto nórdico alcanzar a los veinte minutos una renta de tres goles (6-9), lo que encendió todas las alarmas en un equipo español muy diferente al de las tres recientes victorias en Irun.

España se condenó a un inesperado suplicio por culpa de su permeabilidad en defensa y de sus continuos errores en ataque, donde los internacionales españoles engordaron las estadísticas de Gustavsson, que por momentos superó el 56% de paradas.

Sufrimiento que no palió ni la entrada de Gedeón Guardiola como compañero en el centro de la defensa de Viran Morros, una fórmula habitualmente ganadora. Lejos de ello, Runar Karason aumentó todavía más la desventaja (7-11) del equipo español.

Sólo la fe inquebrantable de los 'Hispanos' los mantuvo con vida y en los albores del segundo tiempo Gonzalo Pérez de Vargas se mostró imperial y condujo a su equipo al empate (13-13) tras marcharse al descanso dos goles por debajo (10-12).

A los de Jordi Ribera les hacía falta algo más que el acierto de su guardameta para superar a una Islandia, que aprovechó otro ligerísimo 'bajón' español para volver a situarse con una ventaja de dos goles (13-15).

Ahí apareció uno de los debutantes, el extremo David Balaguer, que logró transformar en veloces transiciones la mejoría defensiva de un equipo español que por fin empezaba a dar con la tecla necesaria para frenar el ataque islandés.

Tres goles casi consecutivos de Balaguer permitieron a España voltear el marcador (16-15) y dispararse (19-15) en un abrir y cerrar de ojos.

Síntoma de la mejoría defensiva de una selección española, que poco a poco fue ahogando el juego ofensivo islandés, como demuestran los cuatro tantos (21-16) que les concedieron los de Jordi Ribera en los primeros veinte minutos de la segunda mitad.

Una cifra que Islandia apenas logró mejorar en el tramo final del partido pese a arriesgar con la presencia de siete jugadores de campo en ataque, lo que no desaprovechó España para sellar definitivamente su sufrida primera victoria en el Mundial (27-21).