Atletismo

Los Mundiales de Londres marcaron el cambio de guardia

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Usain Bolt, despidiéndose de la pista. Un momento íntimo que presenció el mundo / AFP

Carlos R. Galindo

Carlos R. Galindo

El Mundial de Londres ya es história. Ha sido un éxito indiscutible y las gradas del estadio olímpico registraron llenos hasta la bandera. Ha ganado el atletismo, ha ganado Sebastian Coe y ha ganado la IAAF, necesitada de buenas noticias después de los casos de dopaje y corrupción destapados en los últimos tiempos. No ha sido el mejor Mundial en cuanto a marcas pero sí que han ocurrido cosas interesantes. A saber:

1 Bolt deja huérfano al atletismo

Hay vacíos que no se pueden llenar con nada. El de Usain Bolt es uno de ellos. El jamaicano colgó definitivamente las zapatillas de clavos el pasado domingo y ya se le echa de menos. Es verdad que el guión de su despedida fue cruel –solo pudo ser tercero en la final de los 100 metros y se retiró lesionado el último día en los 4x100 metros– pero se evidenció por enésima vez que ya es leyenda. Fue un adiós que nadie se esperaba y la fiesta acabó en pesadilla. Todo y así, la vuelta de honor que dio al estadio londinense la noche del domingo puso en solfa su verdadera  dimensión. Es el más grande, está a la misma altura que Muhammad Ali. Pasarán muchos años –pero que muchos– antes de que surja una figura de sus características. 

2 Jamaica da un paso atrás y decepciona

Jamaica tuvo la peor actuación de los últimos años. Solo Omar McLeod, en la final de 110 metros vallas, ganó una medalla de oro para la isla caribeña. Una decepción enorme para una delegación que en los Mundiales de Pekín 2015 consiguió siete medallas de oro. Particularmente dolorosos fueron los revolcones de sus dos grandes estrellas, Usain Bolt y Elaine Thompson. Ristananna Tracey ganó el bronce en 400 m. vallas, mismo puesto que las chicas del 4x100... Y para de contar. 

3 USA recupera el orgullo y gatlin, la autoestima

Estados Unidos acabó en primera posición en el medallero con 30 preseas, a una distancia sideral de Kenia, segunda con 11. Su dominio fue aplastante. Se están haciendo bien las cosas en ese país donde no solo proliferan nuevas caras -como Coleman (22), segundo en  100 metros- sino que consiguen medallas en pruebas que hasta ayer mismo eran consideradas ‘territorio africano’. Los estadounidenses han demostrado dos cosas: 1ª. que son los mejores competidores del mundo y nunca se rinden y 2ª que contrariamente a lo que se ha venido difundiendo en los últimos años, no todo es genética. Se trata de entrenar más que los demás. Y de creérselo. No hay milagros. Mención especial para el viejo Justin Gatlin (35), el atleta más odiado del planeta, que pese a los abucheos se proclamó campeón del mundo de los 100. Ganó sin discusión.

4 Los blancos también saben correr

Sintomático lo que ha ocurrido en estos Mundiales. Seis atletas blancos han ganado en carreras de velocidad y en medio fondo, algo impensable hasta hace muy poco. Razones: 1ª. Los deportistas africanos y caribeños están siendo más controlados en materia antidopaje y, 2ª su retroceso en una obviedad. La final de los 200 metros fue ganada por un atleta nacido en Azerbaiyán y nacionalizado turco, Ramil Guliyev. La final de los 800 se rindió a un francés, Pierre-Ambroise Bosse al que siguió un polaco, Adam Kszczot. En los 3.000 obstáculos masculinos, un estadounidense, Evan Jager, fue tercero alejando del podio a un montón de africanos. En mujeres, esa misma prueba fue dominada por otras dos atletas estadounidenses, Emma Coburn y Courtney Frerichs. La rubia holandesa Dafne Schippers revalidó su título mundial en los 200; un  noruego, Karsten Warholm, se hizo con la medalla de oro en los 400 metros vallas, la también estadounidense Jennifer Simpson se batió el cobre en los 1.500 metros y fue segunda e incluso en maratón, una yankee, Amy Cragg, logró el bronce. Es un hecho que este Mundial fue un tanto extraño por disputarse un año después de los Juegos de Río. Los atletas están de ‘bajada’ y su forma física no es la idónea. Tratan de recuperar sensaciones y retomar el pulso a la competición, pero sin estridencias. Hubo muchas ausencias en Londres. Demasiadas. Y no todos llegaron en la mejor condición. ¿Y si hubiera corrido Rudisha, a suponer...?

5 Van niekerk: un gran atleta, pero no un nº 1

Muchos especialistas quisieron ver en Wayde Van Niekerk al sustituto natural de Usain Bolt en la hora de su adiós. Craso error. Nada que decir de su talento dentro de la pista. Es un grandísimo atleta. En Londres quiso repetir la gesta de Michael Johnson –ganador  del oro en 200 y 400 metros– y no lo consiguió. Incomprensiblemente, fue segundo en el doble hectómetro y ganó la vuelta completa a la pista. Dejó un regusto amargo. Pero, sobre todo, se evidenció que el sudafricano no puede ocupar el vacío dejado por el ‘Relámpago’ de Trelawny. No tiene su carisma, ni su don de gentes, ni su electricidad para levantar de los asientos a 60.000 personas o para arrastrar a las masas a una pista. No es comunicativo, ni divertido, ni extrovertido... No conecta con el público

6 Lo que va de semenya a allyson felix

Triunfaron sin discusión. Caster Semenya, en un Mundial experimental para ella, fue tercera en 1.500 pero en su prueba natural, los 800 metros, arrolló a todas sus rivales y demostró que tiene el récord del mundo de Kratochvilova a su alcance. Lo batirá cuando se lo proponga. La otra gran triunfadora fue Allyson Felix, que en la capital británica sumó dos nuevos oros (4x100 y 4x400) más un bronce (400), por lo que dejó su currículo con un total de 16 medallas, esto es, dos más que Usain Bolt y que Merlene Ottey. 

7 Mo farah, el ídolo local se quedó a medias

Mo Farah, el ídolo local, no pudo completar su brillante historial tal y como pretendía. El primer día de competición ganó la medalla de oro en 10.000 pero no pudo repetir el doblete tras acabar segundo en 5.000. Un etíope, Muktar Edris, le arruinó la fiesta. 

8 ...Y ahora, doha 2019. un experimento peligroso

El próximo Mundial se disputará en Doha. Habrá que ver como se las apaña la organización. No será nada fácil llevar este país a un lugar con temperaturas extremas. ¿Qué dirán los fondistas, o los maratonianos, o los marchadores? La IAAF apostó por el dinero y es probable que llene las arcas pero deportivamente, será un fracaso