MOTOR

Àlex Romaní: "Los clásicos te permiten revivir los sueños del pasado"

Es uno de los grandes culpables del auge que han tenido los rallies de vehículos clásicos en la última década

Àlex Romaní, en el podio de salida del Rally Costa Brava

Àlex Romaní, en el podio de salida del Rally Costa Brava / sport

JOSEP VIAPLANA

Toda una vida dedicada al automovilismo. ¿Qué es lo que le enganchó?

Veraneaba en Calella de Palafrugell y a los 14 años descubrí el coche de rallies de Josep Frigola, el hermano de mi mejor amigo, que corría el Catalán con un R5. Me cautivaron las barras y los aparatos frente al asiento de al lado. En ese momento decidí que quería ser copiloto. A los 17 años empecé y me sentía muy atraído por el tipo de coches que había, que se reconocían por un particular sonido y como quería aprender muy rápido me subí con todos los pilotos que podía.

Más de 50 pilotos diferentes en 25 años de carrera.

Ahora no lo repetiría, pero entonces iba con quien fuese con tal de tener la oportunidad de aprender. Prosperé hasta entrar en un equipo oficial y fiché por Seat Sport en 1988, con el que un año más tarde ya fui campeón de España de raids de 2 ruedas motrices con Servià. A partir de entonces viví una actividad muy intensa, ganando varios campeonatos.

25 años sentado en el ‘asiento del miedo’. ¿Pasó miedo?

Hay momentos que sí, pero cuentas con ello cuando tomas la decisión. Hay un riesgo, sí, pero lo asumes, al igual que cuando conduces o te subes a un avión. Trabajas con prudencia, tratando de evitar los accidentes, pero el riesgo está ahí y hay que convivir con ello. Al final de mi carrera, cuando ya tenía hijos pequeños, cada vez pesaba más en la balanza y entonces sí que piensas que quizás es el momento de pasar página.

¿Cómo se pasa de copiloto a organizador de rallies?

Es el paso natural. Tenía que hacer algo relacionado a la organización de un rally, ya fuera dentro de un equipo u organizando pruebas y al final montamos el club RallyClàssics para organizar carreras con aquel tipo de coches que hacía 20 años tanto me habían atraído. Los coches actuales están muy evolucionados tecnológicamente, pero para muchos aficionados son idénticos y por eso nos metimos en la recuperación de vehículos clásicos, que estaba funcionando muy bien en Europa.

Fue un visionario porque en España los clásicos estaban abandonados.

Me encontré con gente de mi edad que en algún momento se le había pasado por la cabeza recuperar coches que tenían abandonados en sus garajes o que habían sido de sus padres o abuelos y me di cuenta que aquí había un futuro. No entendía como en España nadie hiciera actividades para clásicos, ya que los que tenían coches de estas características tenían que ir al extranjero y vi una gran oportunidad. De eso hace ya 15 años y desde entonces no hemos parado de evolucionar y de incorporar pruebas a nuestro calendario.

¿Se ha recuperado con los Clásicos un espíritu más festivo?

El público de los rallies modernos y el de los rallies clásicos es totalmente diferente. Las pruebas modernas mueven una cantidad de público bestial que llega a poner en aprietos a los organizadores para salvaguardar su propia seguridad. En los rallies de vehículos clásicos la afluencia de aficionados es menor y los que vienen son gente más experta y entendida, que saben dónde se tienen que ubicar y valoran el tipo de coches que pasan. Muchas veces son familias enteras, de abuelos a nietos, en los que unos enseñan a sus descendientes coches que formaron parte de su pasado.

¿Una recuperación de los sueños de juventud?

Permitimos dar un salto hacia atrás de 30 y 40 años, en el que mucha gente puede revivir experiencias del pasado y recuperar sus sueños. Además, les ayudamos con muchos pequeños detalles a viajar en el tiempo, haciendo los mismos tramos de la época, la conducción nocturna, los pueblos de entonces, música y esta nostalgia va calando en la piel de los participantes y en los fans.

También son más asequibles, económicamente…

Las pruebas de clásicos, salvo que quieras hacer velocidad, son muy asequibles, con precios ajustados y ello hace que la gente se anime. De todas formas, todo esto no sería posible sin una serie de patrocinadores y el apoyo de las instituciones que llega por el hecho de recuperar pruebas históricas y de carácter internacional.