MotoGP

Jorge Lorenzo se complica la vida en MotoGP

Con el campeonato ya decidido en favor de Márquez y Rossi consolidado como primer aspirante al subcampeonato, Lorenzo, a 24 puntos, atraviesa una de sus peores rachas

Lorenzo, sin confianza en su Yamaha

Lorenzo, sin confianza en su Yamaha / sport

Laura López Albiac

Con el campeonato ya decidido en favor de Marc Márquez desde Japón y Valentino Rossi consolidado como primer aspirante al subcampeonato, después de dejar a Jorge Lorenzo a 24 puntos tras el GP de Australia, el piloto mallorquín asume que se encuentra ante una de sus peores temporadas desde su debut en MotoGP en 2008.

En la pista de Phillip Island Lorenzo terminó en un discreto segundo plano (6º), que aún considera un buen balance teniendo en cuenta sus problemas en los libres, su paso por la criba de la Q1 y la última posición en la Q2, que le hizo arrancar 12º en parrilla. "Era una carrera para sobrevivir", valoró Jorge. El tricampeón está desdibujado, desconocido. Y muchos se preguntan los motivos. Analizamos algunos de ellos.

Sin confianza

"No tenía confianza, especialmente en mitad de la curva.  Veo riesgos donde los demás no los ven. Los otros pilotos tiraban desde el principio, probablemente las malas experiencias que he tenido en el pasado en estas condiciones, las caídas, las lesiones, me pesan demasiado. Y, además, las circunstancias actuales son las peores: los neumáticos son diferentes de los del año pasado, son más difíciles de calentar, la electrónica te ayuda menos, y nos hemos encontrado con las peores condiciones aquí en Phillip Island, las peores de los últimos diez años”, explicó Lorenzo. Cuesta creer que un piloto que asume riesgos pilotando una máquina tan potente, a más de 300 km/h hable directamente de miedo a hacerse daño. Pero así es. Jorge es sincero. Si no puede pilotar como sabe, se retrae.

Sin resultados

La racha de Jorge Lorenzo en esta segunda mitad de temporada es la peor desde que llegó a la categoría reina hace nueve años. Acabó el último curso con victoria y título en Valencia y comenzó el actual de nuevo desde lo más alto del podio en Catar. Ganó en Francia y poco después en Italia, el 22 de mayo. Desde entonces, no ha vuelto a la senda de las victorias. Y sus estadísticas reflejan la crisis en la que está sumido el mallorquín: Solo tres podios: Austria (3º), San Marino (3º) y Aragón (2º). Y una gira asiática que, si no lo remedia Malasia, donde tampoco el año pasado pudo ganar, se cerrará con pésimo balance. Un cero en Japón, donde corrió mermado por una durísima caída en los entrenamientos, y un sexto puesto en Australia. De momento, es tercero en el Mundial, a 81 puntos de Márquez y a 24 de Rossi. Y tiene a Viñales, por detrás, a solo 17. "No me gustaría terminar cuarto en el Mundial, volvería a mi peor posición en el campeonato, el año que debuté", admite Lorenzo.

Sin equipo

Lorenzo anunció su fichaje por Ducati el 18 de abril. En pretemporada había mostrado su interés por renovar cuanto antes por Yamaha. Pero Valentino Rossi se le adelantó y el campeón se sintió herido en su orgullo. La oferta de los de Borgo Panigale era irrechazable, no solo a nivel económico sino por el desafío técnico que supone tratar de ser el primer campeón desde Casey Stoner (2007) con la Desmosedici. De triunfar donde Rossi fracasó durante dos temporadas. Y de volver a trabajar con Gigi Dall'Igna, artífice de sus éxitos en los tiempos en 250cc. Está por ver si Lorenzo conseguirá salir airoso del reto a partir de 2017. Pero desde el momento en que confirmó que dejaba Yamaha, las cosas se han complicado mucho para él en su actual equipo. No solo le dan prioridad absoluta a la M1 de Rossi en las novedades, sino que le han dado la espalda e incluso le han prohibido los test privados con Ducati en Jerez, a finales de noviembre, cuando termine la temporada. El clima con Lin Jarvis, máximo responsable deportivo de Yamaha, el hombre que en 2008 apostó por Lorenzo aún en contra del veto de Valentino al balear, se ha vuelto insostenible. El británico le recordó a Jorge, a propósito del test con Ducati, que "esto es un negocio, no una casa de caridad". 

¿Sin soluciones?

No solo es Lorenzo el que no gana. Yamaha, a pesar de las buenas actuaciones de Rossi, tampoco lo hace desde que el italiano se impuso en el GP de Catalunya, en junio. Nueve carreras en las que las Honda, e incluso Ducati y Suzuki, les han privado de subir a lo más alto del podio. Podría decirse que después de tener la moto más competitiva del pasado año y también en las primeras carreras de este año, los de Iwata se han dormido en los laureles. Fueron los que mejor se adaptaron a los cambios, la llegada de la centralita única y los neumáticos Michelin. Pero se han estancado. Para Lorenzo, los problemas se multiplican con la combinación Yamaha-Michelin, "que para mi estilo de pilotaje, más fino, es mala. Cuando hay buen grip como en Japón y la temperatura es normal, no puedo marcar la diferencia, pero me defiendo y puedo estar entre los tres primeros. Así como los pilotos agresivos y frenadores no pueden convertirse en finos, yo no puedo convertirme en un piloto agresivo y frenador porque no es mi naturaleza. Y con temperaturas frías, como en Australia, es mucho peor. En las últimas carreras, con neumáticos traseros más duros que antes, tenemos más problemas". A pesar de todo, Lorenzo no se rinde y cree que aún es posible poner un bonito broche a su etapa de azul: "Michelin está trabajando en hacer un neumático delantero que ofrezca adherencia en medio de la curva al abrir gas,para evitar las caídas de delante. Son conscientes que han tenido que hacerlos muy duros por los problemas del inicio de temporada y apenas se agarran al asfalto. Si Michelin trae neumáticos con grip podemos volver a ganar".