Entrevista Álex Márquez: "Cuesta asimilar ser el hermano de Marc"

Álex Márquez, distendido, en un momento de la entrevista

Álex Márquez, distendido, en un momento de la entrevista / Joan Monfort

Josep Viaplana

Josep Viaplana

Álex Márquez se graduó el pasado domingo en Barcelona con una victoria en la carrera de Moto2 que le mantiene ‘muy vivo’ en sus aspiraciones de luchar por el título después de un arranque de temporada complicado. Aprovechamos el acto de presentación del nuevo taller de Rodi Motor Services en Girona para dialogar con él sobre el pasado, presente y futuro de su carrera deportiva.

¿Dónde radica la clave del cambio que has experimentado desde Jerez, ya que desde las primeras carreras a Barcelona pareces otro piloto?

En la pretemporada ya estaba ahí, con los más rápidos, pero nos faltaba dar el paso definitivo. Ya advertí que no estaba bastante cerca, que había que pulir cuatro detalles para que ello fuera una realidad. Tenía que saber gestionar las carreras, adaptarme a la tracción todas las vueltas, no cometer los errores que provocaban que fuera perdiendo un poco de tiempo giro tras giro y hemos sabido pulir estas cuatro cosas y ello ha derivado en el gran cambio que se ha experimentado desde Jerez.

Barcelona fue un ejemplo de ello. Sacaste una pequeña ventaja en las primeras vueltas y mantuviste la distancia hasta el final. ¿La carrera perfecta?

Desde el sábado por la mañana, una vez cambiado el trazado, ya tenía el ritmo que oscilaba entre 50.3 y 50.5 mientras que mis rivales estaban muy lejos, algo que también me extrañaba. El viernes tuvimos muchos problemas porque había que adaptar la moto a las condiciones del asfalto y cuando lo conseguimos ya pude tener la moto por la mano. Tenía claro qué tenía que hacer en la carrera: tirar, sobre todo con el neumático nuevo que las diferencias eran mayores y después mantener la diferencia porque de delante era complicado. Podía haber ido más rápido, los otros seguramente también, pero de delante era crítico.

¿La diferencia está en la cabeza?

Siiiii. Es un deporte que al final es ochenta por ciento mentalidad y veinte por ciento físico. Si mentalmente estás bien, tranquilo y motivado, tienes mucho de ganado.

¿Reconoces al Álex del 2016 con el actual?

Está claro que he cambiado la mentalidad, que estoy más fuerte, pero no creas que he cambiado mucho en cuanto a pilotaje. La diferencia está en que el paquete que tenemos ahora en cuando a chasis y suspensiones me permite ir siempre al límite sin las caídas que tenía el año pasado o, si me caigo, saber por qué me he caído.

En Moto3 tampoco fue fácil. Te costó y en Moto2 parece que se repite la historia… ¿Necesitas dos años de aprendizaje?

En Moto3 era más fácil porque cogiendo los rebufos en las carreras lo puedes arreglar. El medio año que hice en 2012 me costó, en 2013 con la KTM lo hice bien pero a pesar de ganar una carrera siempre me costaba un poco y en 2014 fuimos un poco a remolque todo el año porque era una moto nueva y había que ponerla a punto. Sabía que sería difícil. Me adelanté un año a ganar el título, puesto que en los planes que nos habíamos trazado con Alzamora era ganar en 2015. Este éxito provocó que diera el paso a Moto2 un año antes y creo que cuando eres tan joven y ganas no es fácil saber mantener la constancia. Cuando ganas te llegan muchas facilidades con las que te puedes distraer y en el 2015 no acabé de estar totalmente centrado.

Ha habido momentos duros, seguro y para un joven digerirlos es complicado. ¿Cúales han sido los peores momentos?

La misma carrera, dos años seguidos. 2015 y 2016 en Le Mans. En 2015 estaba el 24 en la parrilla después de haber hecho la crono a muerte, con la sensación de que me caía en cada curva y, por el contrario, iba medio segundo más lento cada vuelta que daba. No entendía nada y me preguntaba qué estaba pasando. Si era yo o la moto. Te entran muchas dudas. La nota positiva es que hemos sabido sobreponernos.

Viéndote ahora en acción en la pista uno piensa que, finalmente, te has liberado. ¿Disfrutas ya sobre la moto?

El problema el año pasado fue que cuando empezaba a disfrutar sobre la moto, que empezaba a ir rápido y al límite, me caía y perdía la confianza que iba cogiendo. Desde el último test que hice el año pasado tengo confianza, soltura encima de la moto… chulería sobre la moto, ya que al final sobre la moto todo tiene que ir a la una, saliendo espontáneamente todos los movimientos y muy concentrado para tener bajo control todas las reacciones que ya esperas. Disfrutar lo es todo.

En cuanto a resultados, sin embargo, hay un antes y un después de Jerez…

Ganar te permite hacer el click y cuando lo das estás más tranquilo, suelto, seguro de ti mismo y confiado en tus posibilidades. En consecuencia, llegan los resultados y se difuminan aquellos miedos que te persiguen y también la inseguridad en momentos puntuales. Es un momento en el que las cosas salen solas y así es cuando más disfrutas.

Y ahora, lo que son las cosas, todo el mundo habla ya del título de Moto2.

El objetivo es luchar por el título. Ahora mismo podría estar en una situación un poco mejor, liderando el campeonato de no mediar la caída de Argentina, pero la dinámica que llevamos es muy buena. Hemos sido inteligentes, acabando carreras y creo que el que tenga más paciencia, el que sepa acabar las carreras y también el que más victorias obtenga será el que se llevará el título.

¿Será duro?

Nada fácil, seguro. En el plan que teníamos las primeras carreras me costaban más, pero a partir de Jerez llegaban las carreras que a mí me van mejor y eso nos ha permitido mejorar día a día. Hay que mantener esta dinámica a toda costa.

Has reconocido que subiste un año antes de lo que os habíais planteado a Moto2, con lo que a MotoGP te tocaría dar el salto en 2019. Hay muchos rumores de que ello podría adelantarse también un año.

La posibilidad existe y tengo una oferta para ello. De momento, sin embargo, quiero hacer bien las cosas. Tengo que pulir detalles aún en Moto2 y mi pensamiento ahora mismo es quedarme otro año. Esta es la prioridad y ya se verá la decisión en las próximas semanas.

Otro año en Moto2 y ¿dar el salto en 2019?

Cuando estemos listos para ello, puesto que a MotoGP hay que ir con las cosas muy claras, bien preparado, porque es una categoría en la que algunos pilotos sufren mucho. Hay que ir con las cosas claras y las armas que tocan, ya que tener una buena moto en MotoGP es muy importante.

En todas las entrevistas que se te hacen siempre sale una referencia a tu hermano, ¿Cansa?

Estoy acostumbrado a ello y no me molesta. Entiendo que es absolutamente normal.

¿Ser hermano de Marc es un lujo o un hándicap?

Un poco de todo. A nivel personal, muy positiva. Sin embargo, cuando piensas en todo lo que tienes que aguantar ya no lo es tanto, aunque llevo bien la presión, que te mire la gente, que te critiquen no por piloto sino por ser quien eres y ello hay que asimilarlo. Me ha costado, sí, pero ahora sé que las críticas siempre estarán ahí y hay que convivir con ello.

¿Cuál es el consejo más valioso que te ha dado?

Que disfrute, que trabaje con ganas e ilusión. Lógicamente, cuando las cosas no van bien cuesta mantenerlo y ahora que tengo la suerte de que los resultados me acompañan es algo que disfruto mucho. El paquete que dispongo ahora es lo que ha permitido hacer el cambio y soy consciente además que cada vez va mejor