Rossi y Viñales, del sueño a la pesadilla

Viñales y Rossi, en Austria

Viñales y Rossi, en Austria / afp

Laura López Albiac

Laura López Albiac

Las aguas bajan revueltas en Yamaha. Nadie quiere pronunciar la palabra 'Crisis'. La situación todavía es reversible y quedan siete grandes premios en los que puede cambiar todo. Pero lo que sí asumen tanto Valentino Rossi y Maverick Viñales como sus jefes, es que la marca atraviesa un "momento difícil".

Ambos pilotos empezaron la temporada soñando con el título y los resultados les daban la razón. Parecía que el curso 2017 se convertiría en un mano a mano entre el italiano, que busca su décima corona, y su joven compañero, que aspira a lograr la primera en MotoGP. Pero los problemas de degradación del neumático trasero les han hecho perder aceleración, lo que hasta hace poco era una de las armas de la M1. Del sueño inicial, Rossi y Viñales han pasado a la pesadilla.

Maverick dominó de forma apabullante su primera pretemporada en Yamaha y ganó tres de las cinco primeras carreras de 2017 (Catar, Argentina y Francia). En las últimas cinco, solo ha conseguido subir una vez al podio y Marc Márquez, líder del Mundial desde Alemania (2 julio), le ha recortado 61 puntos. Ahora, el de Roses es tercero del Mundial, a 24 puntos.

Rossi, quinto a 33 puntos de Márquez, atesora cuatro podios y una victoria (Holanda). Como Viñales, también ha llegado a liderar el campeonato este año. El pasado domingo, tras la nueva decepción encajada en Austria (Viñales terminó sexto y Rossi, séptimo, ambos superados por la Yamaha satélite de Zarco), los dos pilotos coincidían: "Así no podemos pensar en el Mundial".

La conclusión es la misma, pero no su diagnóstico de la situación. Para Rossi la solución debe venir de la electrónica. "Y no podemos hacerlo todo en el box, deben ayudarnos los ingenieros de Yamaha desde Japón". El italiano, que estrenó nuevo chasis en Holanda con una victoria, reconoce que tampoco este avance es la panacea: "Al menos la moto ahora gira mejor, pero seguimos con el problema de consumo de la goma trasera".

Para Viñales, la clave es el neumático: "Falta agarre, cuando lo tenemos, la moto funciona y puedo usar cualquier chasis. Puede que debamos dejarnos de cambiar de chasis, centrarnos en uno y mejorar la moto. No está en mis manos, es algo que estamos trabajando con Yamaha. Pero en Spielberg, yendo detrás de Dani (Pedrosa), me di cuenta de que Honda nos saca mucho en aceleración”, advierte.

El de Roses está desconcertado: "No me encuentro cómodo. Incluso he cambiado mi pilotaje, soy menos agresivo para no gastar tanto la goma, pero he perdido el feeling del principio de temporada, cuando volaba con esta moto", lamenta Viñales, que empieza a entender lo sumamente difícil que puede ser gestionar sus problemas técnicos en un equipo que Rossi comanda a su conveniencia.