Olimpismo - Rio 2016

Una antorcha catalana en Río 2016

La antorcha olímpica de los Juegos Olímpicos de Río 2016 saldrá, como es habitual, del templo de Hera en Olimpia. Pero antes viajará de Caldes de Montbui, donde empezarán a fabricarlas en unos días, a Grecia

La antorcha de los Juegos Olímpicos de Río 2016 llegará a Maracaná el 5 de agosto

La antorcha de los Juegos Olímpicos de Río 2016 llegará a Maracaná el 5 de agosto / AWA-PREMIS

Neus Yerro

Catalunya tendrá presencia destacada en los Juegos Olímpicos de Río 2016 gracias al trabajo de un conglomerado de empresas catalanas que ha logrado la adjudicación y fabricación de su antorcha, que a partir del próximo mes de mayo recorrerá los más de 20.000 kilómetros que separan el templo de Hera, en Olimpia (Grecia) del estadio de Maracaná en Brasil, donde llegará el 5 de agosto del próximo año.

Antes habrá viajado de Caldes de Montbui, donde en unos días, en el mes de octubre, empezarán a fabricarse las 14.680 unidades solicitadas, hasta Atenas para llegar a Olimpia a tiempo para que 12.000 relevistas (con relevos de 200 metros) las exhiban por unas 50 ciudades repartidas por todo el planeta. 

Jordi Granados, propietario de Awa-Premis, dedicada al diseño y fabricación de medallas, copas, placas y trofeos, ha sido el impulsor de un proyecto al que se han unido Recam Làser, multinacional dedicada al corte y fabricación de piezas metálicas con láser (y patrocinador del equipo de hockey patines de Caldes de Montbui); Kromschroeder, empresa que se dedica a mecanismos de gas y que cuenta con la experiencia de haber fabricado el sistema de combustión de la antorcha de Barcelona'92 y la empresa Taurus.

El diseño de la antorcha es del estudio 'Chelles and Hayashi Design' de Sao Paulo, está hecha de aluminio reciclado y pesa un kilo y medio. En el momento de encenderse se alarga hasta los 69 centímetros y aparecen los colores de la bandera de Brasil. Cuenta con unas líneas onduladas que representan la tierra, el mar y las montañas de Río de Janeiro y una última línea que simboliza el paseo marítimo de Copacabana.

En cuanto a la llama, el proyecto ha contado con la colaboración de un equipo de ingenieros de la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC) de Terrassa, dirigido por el catedrático de Ingenieria Esteve Codina, para garantizar que medirá entre 20 y 25 centímetros, que no se apagará ni siquiera con vientos de 120 km/h, que será visible a una distancia de 200 metros y que se encenderá a una altura de 3.000 metros soportando también la lluvia.

El contrato significa un negocio de unos seis millones de euros. Sin contar lo que representa de forma indirecta, con empresas subcontratadas y creación de puestos de empleo, o exportar la marca Barcelona-Catalunya por todo el mundo