LA ENTREVISTA

Toni de la Torre: "No soy un guionista frustrado"

Lleva más de diez años escribiendo y hablando sobre series de televisión. Es autor de libros como 'Series de culto' y 'J.J. Abrams: la teoría de la caja' publicados en la editorial Timun Mas

Toni de la Torre, crítico de series

Toni de la Torre, crítico de series / MARC CASANOVAS

DÍDAC PEYRET

Toni de la Torre cuenta con más de 20.000 seguidores en el twitter, pero no tiene internet en el móvil –dice– para desconectar. Trabaja en casa, pero nunca con pijama. Y no se pierde una serie, a pesar de ser padre desde hace casi un año. Como crítico, se ha creado su propia marca y no pasa un solo día sin que alguien le pida, reiteradamente, que le recomiende una serie

¿Cómo se organiza la vida para ver absolutamente todas las series y además mantenerse cuerdo?

A ver, mucha gente que sigue las series hace la siguiente equivalencia: si yo sigo, pongamos 'x' series y no doy abasto, cómo puede ser que este tío siga 'x-x-x' series... pero no caen en la cuenta que para mí es trabajo. Es decir,el horario laboral es esto. No le destino ocho horas, pero muy a menudo le dedico cuatro. Mi día comienza con el visionado de series.

A primera hora...

Sí. Desayuno con visionado es un poco el concepto [risas]. Entre otras cosas, porque si no las miro a primera hora de la mañana, y luego entro en el twitter, me como spoilers. Y claro, yo también vivo con miedo a los spoilers. Me ordeno las series un poco en función de lo que me apetece en aquel momento. Es decir, a primera hora de la mañana no me pongo algo denso. 

Su día a día sigue una rutina muy marcada con un tema muy concreto... Cuántas veces ha pensado: ‘Hasta aquí, quiero hacer otra cosa’...

Pues, nunca. Es que me gusta mucho, me apasiona muchísimo. Me lo paso muy bien. Sí que ocurre que, a veces, hay series que sigo que no me interesan especialmente o que me interesan poco. Pero me lo tomo con filosofía. Si lo piensas por un momento: ¡Estoy mirando series! [risas]. No estoy haciendo un trabajo que digas: no puedo más. No estoy nada saturado, puedo pensar en muchos trabajos que me saturarían mucho más. Yo creo que es porque, aunque haya una pauta muy marcada, al final estás viviendo ficción y la ficción siempre es diferente. Para mí, cada día es una emoción nueva en cierta forma. Parece rutinario pero para mí es emocionante.

¿Qué no funciona en su vida para que necesite llenarla de tanta ficción?

[Se lo piensa]. La necesidad  de consumir ficción no tiene tanto que ver con tener vacíos en tu vida real, sino con el hecho de reflexionar y ver reflejada la experiencia humana. No lo veo como un sustitutivo. Las series son una forma narrativa y como tal exploran miedos, deseos, emociones, sentimientos... Y eso es interesante ya sea viendo una película, leyendo a Shakespeare o siguiendo una serie. 

Además de hacer crítica de series también da clases de guión... ¿Se ve como un guionista frustrado?

Para nada. Pienso que la gente que escribe una novela, una serie o una película lleva historias dentro. Tiene este instinto que le lleva a ser un narrador. Yo llevo dentro más bien un observador, un divulgador o un freaky al que le gusta reflexionar sobre la ficción, pero no alguien que tiene dentro la necesidad de explicar una historia.  

Reconoce que seguramente no sería capaz de hacer un gran guión, pero al mismo tiempo se da la licencia de poder criticar una serie ¿Eso no le genera un conflicto?

No, porque es que no pienso en mí en términos de tener suficiente talento o no para hacer un guión. 

¿A qué se refiere?

Sé que yo no quiero explicar una historia. Pienso que los auténticos narradores no se lo plantean; es una necesidad que les sale.  Mi necesidad es la de observar. 

Pero insisto: usted está valorando el talento de otra persona...  

Cuando hago una crítica no creo que la esté haciendo del talento de una persona, porque para empezar son muchas personas las que participan en una serie. Yo lo que hago es comparar la intención del creador con los resultados. Para mí esta es la mejor manera de hacer una crítica. No quiere decir que esa persona tenga, o no, talento o que a mí me guste o no me guste. Para mí la mejor manera de hacer una crítica es ver la distancia que hay entre la intención del creador y el resultado. Los verbos me gusta-no me gusta están fuera de mi diccionario. Eso lo puede decir cualquier persona de la calle.

¿Qué papel cree que han jugado las descargas en el ‘boom’ de las series?

Mira, sin las descargas no estaríamos hablando ahora mismo. Sin ellas no se hubieran descubierto estas series de forma tan masiva. Para mí son  el resultado de un periodo de transición en el cual las nuevas tecnologías permitían hacer una serie de cosas que la industria todavía no se había preparado para hacer. 

¿Qué futuro les ve? 

Las descargas están muriendo porque cada vez hay más vías legales y asequibles. Cualquier espectador puede gastarse nueve euros al mes para tener acceso a un catálogo decente. Pero sin estas descargas seguramente no se habría creado el mercado para estas vías ni está demanda.

Recomiende una series de deportes....

Tienes que ver ‘Playmakers’. Es una serie de la ESPN sobre un equipo de fútbol americano. El retrato que hace de la vida de los jugadores es un poco oscuro y la liga les dio un pequeño toque [risas] a la cadena dejando claro que  podían quedarse sin los derechos de emisión de los partidos. Una cosa que no quiera que veas hay que verla.  Otro clásico es ‘Friday Night Lights’. 

¿Qué puede aporta una serie de este género que no tenga el espectáculo real?

La historia humana porque en el mundo real los deportistas son personajes muy herméticos. Seguir la carrera, saber qué piensa, cómo sufre, estar con él en los momentos altos pero también en los bajos, como experiencia serial es una pasada.

Ahora le lanzaré un cuestionario rápido y le pediría que fuera breve. Un antihéroe memorable...

Tony Soprano.

Un personaje odioso....

Joffrey de Juegos de Tronos.

¿No es un hijo de puta encantador?

Lo veo más como un hijo de puta que te gustaría matar [risas]. No sé si llega al punto de coñazo; yo en esa categoría pondría a Ted de 'Como conocí a vuestra madre'.

Una serie infravalorada...

Cualquier cosa hecha antes del año 2000 de cierta calidad. Por ejemplo: 'Cracker', una serie inglesa que anticipa muchas cosas que luego aparecen en 'Los Soprano'. 'The Prisioner' es otra maravilla.

Una serie sobrevalorada...

[Se lo piensa] Te podría decir 'House Of Cards', pero te diré 'Homeland'. Personalmente creo que ha bajado el listón gradualmente y ha perdido la esencia de la serie.

Su serie favorita actual...

[Se toma su tiempo] The leftovers.

Un placer culpable...

Tengo muchos. Y culpable no, porque al final es trabajo y con eso lo puede justificar todo [risas]. Por ejemplo 'Gilmore Girls'. Me gusta mucho, pero no es la serie que confesaría que me gusta en la primera cita [risas].

La última, sobre J. J. Abrams....  ¿Genio, impostor o ambas cosas?

[Rompe a carcajadas]. Genio. Para mí es un ingenio.Impostor, depende. Si tú consideras que una persona que se sabe vender a sí mismo es un impostor, entonces adelante. Es una persona que sabe crear una marca sobre sí mismo, pero para mí eso es parte del genio. En el mundo de la series hizo un movimiento rupturista alucinante. Es un tío que vio que el espectador quería alguna cosa más que estar sentado en el sofá, que quería participar, que quería estar atrapado en una trama, que quería ir a internet a hacer teorías cuando internet todavía estaba en una fase embrionaria y no había ni redes sociales.