EN LA ORILLA

Xavi ha sido una idea

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Los mejores momentos de Xavi en el Barça / sport

Martí Perarnau

Como si se tratara del orden de la alineación, primero se despidió Valdés, a continuación Puyol y ahora llega el turno de Xavi: los guantes, el escudo y el concepto. La certeza del tiempo nos augura que más adelante será la hora de Iniesta y aún más tarde, la de Messi. Uno a uno, los pilares de la última década van diciendo adiós, por razones variadas, y en todos ellos ha habido un común denominador: haber sido el mejor en su puesto. Xavi ha sido la gran verdad del Barça. Incluso con sus notorios defectos.

Xavi ha sido el punto de acuerdo de distintas visiones de un mismo juego, pues en sus botas han confluido, de manera armónica, la visión única de Cruyff, la rigidez espartana de Van Gaal, el olfato de Rijkaard, la socarronería de Luis Aragonés, el talento de Guardiola y la calidez de Vilanova hasta componer un jugador que se aproximó a la perfección a base de tener ideas. Xavi es el concepto de juego, uno de los grandes símbolos del modelo de juego del Barça. 

Xavi ha sido una idea sobre el terreno de juego. Inducido por la prensa de la inmediatez, el aficionado tiende a pensar que el fútbol avanza únicamente gracias a las victorias, pero en realidad progresa a través de las ideas. Suena raro decirlo así porque las ideas en el fútbol, como el talento, siempre son sospechosas. 

Xavi ha sido un sospechoso habitual: por bajito, lento y blando. Frente a esos mocetones repletos de testosterona, Hernández representaba un puñal clavado en el corazón de cuantos periódicamente reclaman músculo en el centro del campo, como si el fútbol fuese un concurso de culturismo. No es por casualidad que quienes más oportunidades le dieron a Xavi fueran los entrenadores más asociados al juego de posición, el santo y seña del Barça, la autopista por la que ha transitado un equipo repleto de triunfos. Xavi ha sido un pensador con botas. Sus ideas han sido mucho más decisivas que los grandes músculos, aunque las ideas siempre vivan bajo sospecha. Se le echará en falta.