A BALÓN PARADO

Se aferran a las matemáticas

Manolo G. Crespo

Se acabó la semana de sufrimiento (Atlético, Granada y Real Madrid) y también la Semana Santa. Se notó en la afluencia de público, pero los que fueron solo pitaron y sacaron tímidos pañuelos tras el 0-1. Messi, además, sumó otro gol y el cariño de la afición. Para el Barça no fue domingo de resurrección, pero sí que el equipo sobrevive y se aferra a las matemáticas para conseguir la Liga. 

Más difíciles estaban las de Tenerife o la del Deportivo con el Dream Team y se ganaron. Es verdad que ahora las sensaciones del equipo no son las mismas. Cuesta mucho todo, falta chispa y ayer parecía más fácil el 2-2 que el 3-1. Viven permanentemente en el alambre y así en las cuatro jornadas que quedan, al mínimo despiste, la calculadora saltará por los aires. Pero mientras hay vida hay esperanza.

El equipo, que no está fino, sacó el orgullo y puso el alma para llevarse los puntos. Cara y cruz. Frágil en defensa, pero contó con el trabajo arriba de Pedro y Alexis.

Messi marcó otro gol y pudo meter alguno más. Sin jugar dos meses por lesión y caminando aún puede ser el Pichichi. El de ayer fue un trallazo de rabia. Volvió a ser el salvavidas y su gol, sumado al último disparo que evitó Mascherano con el corazón, sirve para seguir en la pelea. Como dice el Tata, se engancha a una ilusión. Está casi imposible, pero la diferencia entre la derrota de Granada y la victoria de ayer es que de 18 disparos entraron dos y, en Los Cármenes, de 10 intentos no metieron ninguno.