Casillas será la tumba de Mourinho

José Mourinho esperaba que el toque de atención a Iker Casillas significara su entronización como técnico del Real Madrid. Había demostrado que tenía todo el poder en el club y que nadie le iba a discutir ya sus decisiones, aunque se tomaran desde el rasero personal. Era intocable a pesar de los resultados, pero midió mal. Su ego le hizo tomar una decisión que, a la postre, le va a costar el cargo en el club. Nadie cree ya que pueda ser el salvador de un club que no se ha sacado de encima la aureola de segundón.

Mou cometió un error de principiante. Ya al día siguiente se dio cuenta de que la había liado gravemente echándose en contra a los medios de comunicación de Madrid. Grave, pero reconducible. Más impactante fue comprobar que el público le dio claramente la espalda en su enfrentamiento directo con el portero. Ni el Bernabéu que tanto le adulaba fue capaz de secundarle. Todo lo contrario. Desde este episodio, Mourinho es pitado en su propia casa.

Pero lo más grave ha sido la reacción de la plantilla. Si Mourinho quería dar un golpe encima de la mesa para provocar una reacción, lo consiguió. Pero todo a costa de poner en contra suya desde el primero al último de sus jugadores. Nadie entendió su decisión como una apuesta deportiva y todos vieron que Mourinho solo vive y trabaja para elevar su prestigio personal. Los demás le importan poco. Los jugadores del Madrid ya entienden que es mejor trabajar al margen del entrenador para sacar adelante la temporada. Sin él y sin sus paranoias están más tranquilos y juegan mejor.

Por ello no es nada raro comprobar las múltilpes reuniones que se están dando en el vestuario madridistas. Y más, después del encontronazo entre Mourinho y Cristiano. Desde el club lo saben y toman nota. Mourinho está totalmente fuera del club, pero se lo ha buscado a pulso. Y no duden que Casillas seguirá defendiendo la portería blanca otro año más.