Ancelotti deja al Madrid dividido

Florentino va perdido. Florentino Pérez nunca se fió de Carlo Ancelotti. Le gustaban sus formas y le atraía su currículum repleto de títulos, pero tenía claro que el italiano siempre manejó plantillas multimillonarias que le facilitaban sus grandes hazañas. Lo trajo para dar un nuevo golpe de efecto mediático tras la salida de Mourinho y pronto comprobó que sus ideas tácticas flojeaban y que su permisividad en el vestuario le devolvía a épocas de su poco querido Vicente del Bosque. No lo hechó la primera temporada porque el Madrid ganó títulos importantes, pero ha aprovechado la mínima oportunidad para cargárselo sin miramiento alguno. Lo más sorprendente es que el Madrid sigue dando tumbos y su sustituto, Rafa Benítez, poco o nada tiene que ver con el italiano. Fichan a uno de los mejores estrategas de banquillo para suplir a un gestor de vestuarios. Y los futbolistas andan moscas.

Porque el adiós de Ancelotti ha vuelto a abrir una herida en el madridismo. La afición ha quedado dividida dejando una auténtica papeleta para un Benítez que ya comenzará en un ambiente enrarecido. Y es que los fieles a Ancelotti no le perdonarán ni una a pesar de su incuestionable sentimiento madridista. Mal comienzo para quien deberá intentar cambiar un modelo que su presidente se empecina en triturar temporada a temporada.

La marcha de Ancelotti ha eclipsado el debate sobre Casillas, asunto nada claro y que el nuevo entrenador deberá abordar. Ese y el de la limpieza de vestuario. Porque el claro posicionamiento de los pesos pesados del vestuario en favor de Carletto ha abierto una herida entre jugadores y directivas que será muy difícil de subsanar. Echar a un técnico, a veces, solo sirve para multiplicar problemas.