LA OPINIÓN

A veces huelo cosas...

Lluís Mascaró

Mi veterano colega y amigo insiste: “Esta temporada veo cosas que no me gustan”. Es un viejo periodista, de aquellos que olían la noticia a distancia. Y aún mantiene el olfato intacto: “La actitud de los jugadores en el campo ya no es la misma”. Me asusta con su veredicto: “Hay futbolistas que han dejado de estar centrados, única y exclusivamente, en el equipo”. El fantasma de la autocomplacencia sobrevuela, de nuevo, el vestuario del Camp Nou. No estamos, todavía, en la época final de Rijkaard.

Principalmente, porque Guardiola no lo permite. Pero hay jugadores que se han cansado de la maratón que significa luchar cada semana por la Liga. Prefieren retos más cortos y más emocionantes. Como la Champions. O ganar al Madrid. Su escaso rendimiento en los partidos fuera de casa (17 puntos de 30) lo demuestra. Les aburre la monotonía del campeonato.

Después de 13 títulos en tres años y medio, tienen la barriga llena. Ya no hay el hambre de cuando llegó Pep. Una situación nueva que el técnico deberá gestionar con acierto. Y mano dura. Tendrá que tomar decisiones difíciles. O no tomarlas y dar por cerrada su etapa en el banquillo blaugrana. Si en los próximos días se anuncia la renovación de Guardiola, podremos respirar tranquilos: significará que el entrenador todavía se ve capaz de enderezar el rumbo. De lo contrario, el ciclo se habrá terminado. No lo digo yo. Lo dice el olfato de mi viejo amigo. Y pocas veces se equivoca...