Minuto 91

No usarás el nombre de Messi en vano

Lluís Mascaró

CLAVE 1. El absurdo y malicioso debate sobre el estado de forma de Messi se acabó en 30 minutos. Los que necesitó el crack argentino para firmar un 'hat trick', espantar el fantasma de la supuesta crisis y hacer callar la boca a quienes ya empezaban a especular, nuevamente, con el fin de ciclo. Todos los que, durante esta semana, han criticado a Messi ya tienen lo que se merecen: una nueva exhibición goleadora del mejor jugador del mundo y de la historia. Dudar de Messi es dudar de la existencia del Dios del fútbol. Y eso resulta una herejía que se acaba pagando con el escarnio público. El ridículo que han hecho aquellos que usaron el nombre de Messi en vano ha sido histórico. Es lo que tiene hablar demasiado. La penitencia que debe pagarse por insinuar teorías malévolas sobre el egoísmo del crack argentino. Messi: Amén. 

CLAVE 2. Guardiola le propuso a Messi un regreso al pasado. Y el crack argentino asumió el reto. El técnico apostó nuevamente por el 3-4-3, con Adriano y Cuenca como extremos, Villa en la posición de delantero centro y Messi actuando de media punta, en la zona más avanzada del rombo que formaba con Sergio Busquets, Thiago y Keita. Una posición que a Messi le resulta muy familiar: jugó de enganche durante toda su trayectoria en los categorías inferiores, hasta que llegó al primer equipo y Rijkaard le puso en la banda derecha. Guardiola, en su segunda temporada como técnico, 'reinventó' a Messi como delantero centro, convirtiéndole en el mejor goleador del Barça. Hasta que la 'sequía' de tres partidos obligó a un nuevo ajuste. El cambio, evidentemente, no le pudo sentar mejor a la estrella blaugrana. 

CLAVE 3. Sin Xavi, el Barça es menos Barça. Y si tampoco está Iniesta, el equipo resulta doblemente desconocido. Es lo que sucedió anoche en el Camp Nou. Guardiola empezó el partido contra el Mallorca sin los dos jugadores que definen el estilo, que marcan la pauta. Xavi se quedó en la grada. E Iniesta en el banquillo. Tampoco Cesc, el tercer hombre, estaba en el césped. Revolución total, pues, en el centro del campo. Extraña manera de hacer rotaciones la del entrenador blaugrana, desvirtuando absolutamente la filosofía futbolística de este Barça. Un lunar que pasó inadvertido gracias al festival de Messi, al gol de Cuenca, al debut de Deulofeu y, en definitiva, a la fácil victoria. Y es que el equipo no jugó como siempre. Fue una nueva versión del Barça. Menos mágica, pero igual de efectiva. Gracias a Messi, claro.