OPINIÓN EXPRÉS

Unos niñatos disfrazados de monstruos

Los futbolistas del Barça que interrumpieron la rueda de prensa de un jugador del Getafe disfrazados no representan los valores que quiere transmitir el club blaugrana

Los jugadores del Barça se equivocaron con una fiesta que no tuvo gracia

Los jugadores del Barça se equivocaron con una fiesta que no tuvo gracia / sport

Lluís Mascaró

Las lamentables imágenes de los jugadores del Barça interrumpiendo disfrazados la rueda de prensa de un jugador rival me avergüenzan. Son indefendibles. Por mucho que se tratara de una broma. Por mucho que fuera la noche de Halloween. Por mucho que hubieran logrado una brillante victoria. La falta de respeto que demostraron ante Víctor Rodríguez dista mucho de esos valores que, supuestamente, quiere transmitir el club blaugrana. Su actitud de niñatos consentidos me dolió. Y me sorprendió. Negativamente, claro.

Porque yo pensaba, iluso de mí, que la mayoría de los jugadores saben que representan a una entidad que debe ser ejemplar en la derrota, pero también en la victoria. Y lo que hicieron anoche es lo más irresponsable que yo he visto en muchos años. Afortunadamente, hubo alguien en el Barça con dos dedos de frente, con un poco de sentido común, que pidió perdón a la gente del Getafe. Aunque este perdón no sirve para justificar lo injustificable.

A mí nunca me ha gustado disfrazarme. Me parece ridículo. Pero entiendo que haya gente que se lo pase bien poniéndose una careta de monstruo. Lo que no consiento es que se falte el respeto a las personas con bromas absurdas. Los graciosos me caen mal. Porque no me hacen ni pizca de gracia. Me resultan pesados. Y agobiantes. Y lo que hicieron el sábado por la noche algunos jugadores del Barça es precisamente uno de esos actos que tanto aborrezco. Muchos pensarán que soy un soso. Y un aburrido. Puede. Pero prefiero eso a convertirme en un payaso, como hacen algunos.

Y que no me vendan ahora que lo que hicieron fue una demostración de la unidad del vestuario, del buen rollo que existe en la plantilla. Eso no me vale. Porque hay muchas formas de demostrar ese excelente ambiente. Y ninguna de ellas pasa por manchar la imagen del club. Ser guapos, ricos y famosos no les permite saltarse a la torera las más elementales normas de la buena educación.