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Neymar no es Figo. Ni este es un Barça triste y perdedor

Neymar, ante el portero de la Real Sociedad

Neymar, ante el portero de la Real Sociedad / sport

LLuís Mascaró

Neymar no es Figo. Ni Bartomeu es Gaspart. Ni este Barça tricampeón es el Barça triste y perdedor del 2000. Ni, por supuesto, 170 millones de euros son 10.000 millones de las antiguas pesetas. Así que, por mucho que lo intente, Florentino Pérez no podrá repetir el robo de hace 15 años. El presidente del Madrid sigue empeñado en fichar a Neymar para convertirle en el epicentro de su enésimo proyecto deportivo. Y pretende utilizar la misma estrategia que utilizó con Figo: pagar la cláusula de rescisión y emborrachar al jugador (y a su representante) con una lluvia de millones. Pero, esta vez, su maniobra fracasará. De hecho, ni siquiera podrá ponerla en marcha. Porque no encontrará la complicidad de Neymar. Ni de su padre. Ni se enfrentará a un presidente débil. Ni a un Barça desestructurado. Florentino Pérez fracasará antes de empezar. Neymar no se irá nunca al Madrid. Y si algún día abandona el Barça por la persecución de la Agencia Tributaria no será para seguir en España, sino para ir a la Premier. Una opción que, por ahora, nadie se plantea...

Neymar es el futbolista con más futuro del mundo. Con solo 22 años ya se ha posicionado como número 2 del planeta, solo por detrás de Messi. De hecho, el brasileño está llamado a ser el relevo generacional del crack argentino en el Barça. Y mientras ese momento llega, acepta con felicidad su rol en el tridente blaugrana. Y negocia su renovación (económicamente al alza, claro) hasta el 2021. En estos momentos, nadie cuestiona su continuidad en el Barça. Y las últimas declaraciones de su padre no deben interpretarse como una amenaza a Bartomeu, sino como un aviso a Hacienda, que podría perder a uno de sus principales contribuyentes si se empeña en mantener su acoso y derribo a la familia Neymar y al Barça. Es verdad que en la contratación del jugador brasileño se hicieron muchas cosas mal. Pero eso no justifica la persecución constante. Una persecución que ahora Florentino Pérez quiere utilizar a su favor. Afortunadamente, el presidente del Madrid se equivoca. Neymar es feliz en el Barça. Y no cambiará los colores blaugrana por los blancos por un mejor contrato. Neymar, insisto, no es Figo.