LA ÚLTIMA

Mourinho no tiene rival

Lluís Mascaró

Mourinho no tiene rival. Y ahora que no está Guardiola, aún menos. Es el 'puto amo'. De las entrevistas y de las ruedas de prensa. Y ejerce su prepotencia verbal con total impunidad. Hinchado por el triunfo en la Liga y aliviado por la marcha de Pep, el técnico portugués ha iniciado su particular campaña mediática de fantasmadas. Con el nuevo apodo de 'The Only One' (El Único), Mourinho se siente más fuerte que nunca para afrontar su particular duelo con el Barça. Porque, recordemos, lo único que le interesa a Mourinho es el propio Mourinho. Su palmarés. Sus títulos. Sus éxitos. Su ego... Y utiliza al Madrid (como antes utilizó al Chelsea y al Inter, e intentó utilizar al Barça) para su beneficio personal. Sus declaraciones en la televisión lusa SIC no dejan ludar a dudas sobre su intención: convertirse otra vez en el centro de atención y aparcar el diálogo futbolístico. La vieja estrategia.

Mourinho es tan especial que es único. La Champions de la soberbia ya la tiene ganada desde hace dos años. Desde que Guardiola, en la mismísima sala de prensa del Bernabéu, se la cedió. Tito Vilanova tampoco se la va a disputar. Por mucho que el impresentable portugués le metiera en su día el dedo en el ojo. El nuevo técnico del Barça es la antítesis de Mourinho. Tito huye de cualquier tipo de personalismos. Su mensaje es el del equipo: esfuerzo y solidaridad. Y, por supuesto, no aceptará el guante envenenado que le arroja el entrenador del Madrid. No habrá, por parte de Vilanova, ningún tipo de enfrentamiento dialéctico. Ni lo quiere ni lo necesita. Su proyecto es otro: seguir manteniendo al Barça como un equipo de referencia mundial y el símbolo del mejor fútbol que se ha practicado jamás.

Mourinho llevaba dos meses en silencio. Por 'culpa' de la Eurocopa y de los Juegos Olímpicos, los mensajes del entrenador del Madrid no interesaban. Hubieran pasado desapercibidos. Pero ahora que se acerca el duelo de la Supercopa de España, Mourinho ha vuelto a la carga. Más prepotente que nunca. Jaleado por la caverna mediática, que le ha colocado en los altares del madridismo por haberle ganado una Copa y una Liga al SuperBarça. Mourinho se siente respaldado por los títulos. Con un Florentino Pérez rendido a sus pies y un vestuario que no ha tenido más remedio que asumir su manera de entender el fútbol. Sin rival mediático que le dé la réplica, Mourinho promete muchas ruedas de prensa gloriosas en la próxima temporada. Hasta que los resultados digan lo contrario...

Porque, como ya dijo Maquiavelo, “la naturaleza de los hombres soberbios y viles es mostrarse insolentes en la prosperidad y abyectos y humildes en la adversidad”. Mourinho mantendrá su actitud prepotente hasta que el Barça vuelva a ponerle en su sitio. Que puede ser dentro de una semana. Cuando eso ocurra, regresará el Mourinho llorón y cobarde de su primera temporada en el Madrid. El Mourinho que nunca ha sabido perder.