Siempre positivo

Los números y los sentimientos

Luis Enrique nunca será como Guardiola para los culés

Luis Enrique nunca será como Guardiola para los culés / sport

Lluís Mascaró

Las matemáticas no engañan. Son una ciencia exacta. Pero los números pueden interpretarse. Y también son capaces de transmitir emociones. Sí. Aunque no lo parezca. Y lo digo porque, estadísticamente, Luis Enrique ya ha superado a Guardiola. Pero, sentimentalmente, todavía le queda un largo camino por recorrer. Tan largo que es posible que nunca lo culmine. Por muchos motivos. Sobre todo porque el fútbol que nos enseñó Pep con su Barça todavía no se ha igualado. El tridente es maravilloso. Sí. Messi continúa ofreciéndonos sus habituales dosis de magia. Sí. Pero aquella fantasía que nos contagió el mejor equipo de la historia ya no volverá. Tampoco Guardiola ha sabido recuperarla en el Bayern de Múnich. Y difícilmente lo va a conseguir en el Manchester City. Fue la comunión perfecta entre entrenador y jugadores lo que hizo que aquel Barça fuera único e irrepetible. Y esto , más allá de los números, es una realidad: la emoción del ‘Pep Team’ ya no existe.

NO ES COSA DE RÉCORDS. Luis Enrique lo está haciendo bien. Muy bien. Insisto: los números no engañan. Este sábado puede lograr su victoria número 100 habiendo disputado solo 125 partidos. Guardiola necesitó 139. Pero Luis Enrique nunca será Guardiola. Por muchos récords que bata. Y, para que conste, no formo parte de ningún ‘lobby’ pro-Pep. Ni tengo ninguna animadversión personal (aunque alguna de las amigas de mi mujer así lo piense) contra Luis Enrique. Simplemente es la constatación de un sentimiento casi unánime entre el barcelonismo: con el fútbol que hacía el Barça de Guardiola nos emocionábamos mucho más que con el fútbol que hace el Barça de Luis Enrique. Puede que este Barça sea más efectivo. Puede que este Barça sea más letal. Puede que este Barça, incluso, llegue a ganar más títulos. Pero en nuestra memoria siempre quedará el mejor Barça de todos los tiempos. El Barça de Pep. Y el de Valdés. Y Puyol. Y Xavi. Y Pedro... Y Messi, claro.