LA VENTANA INDISCRETA

La hipocresía del madridismo

Lluís Mascaró

Durante un año y medio, el Madrid y sus altavoces, han permitido e incluso han aplaudido los constantes ataques de Mourinho a los árbitros. Unos ataques barriobajeros, repletos de cinismo. Ahora que el Barça ha abandonado su discurso excesivamente prudente y ha empezado a insinuar alguna queja sobre las actuaciones arbitrales, el madridismo y su caverna mediática se rasgan las vestiduras. ¡Menuda hipocresía! Que Mourinho enseñe una lista con los presuntos fallos del colegiado, que cuestione los triunfos del Barça en España y en Europa y que, incluso, adopte una actitud macarril asediando al árbitro en el parking no lo consideran censurable. Pero que Rosell diga, con mucha educación, que la cosa no pinta bien ya es sinónimo de acosar al colectivo arbitral. ¡Es que no tienen vergüenza!

Ellos, que se han inventado el `villarato¿ y que han tirado de photoshop para justificar lo injustificable, no pueden pretender ahora que el Barça guarde silencio. Y menos cuando el que se queja, tímidamente, no es Guardiola, sino el presidente, que es quien debe defender los intereses del club. Ellos, por lo que se ve, prefieren que el que baje al fango sea su entrenador chulo y prepotente. Porque, dicen, Mourinho no es la imagen del Madrid. ¿Y Pepe? Tampoco. El blanco impoluto de su uniforme y la corona real de su escudo deben mantenerse al margen de la zafiedad. Eso no va con los señores del palco... Pues sí. Por eso Rosell ha dicho lo que ha dicho. Y muy bien dicho, por cierto.