La ventana indiscreta

En defensa de Sara Carbonero

Lluís Mascaró

La dictadura de Twitter. Me prometí, por cuestiones sentimentales y extradeportivas, no escribir ni una línea sobre la Eurocopa. Porque luego pasa lo que pasa. Y no está el horno para bollos. Pero hoy voy a romper esta promesa en defensa de Sara Carbonero. No es una defensa corporativista. Ni se trata de un artículo sarcástico. Va en serio. No puedo compartir, de ninguna de las maneras, la avalancha de críticas, mofas e insultos que está recibiendo la periodista de Tele 5 por sus comentarios en las retransmisiones de la selección española. Los dictadores del Twitter, agazapados casi siempre en la cobardía del anonimato, han masacrado a Sara Carbonero por sus errores. Por lo que se ve, sus compañeros masculinos no se equivocan, no la pifian, no meten la pata, no hacen preguntas absurdas... Posiblemente el gran pecado de Sara Carbonero es ser mujer, ser guapa y ser la novia de Casillas. Porque, profesionalmente, está al mismo nivel (bueno, regular o malo) que el resto de los periodistas de Tele 5. O de Cuatro. O de Antena 3. O de la SER. O de la COPE. O de cualquier otro medio de comunicación. Por eso me molesta que algunos colegas aprovechen sus deslices para menospreciarla. Yo, que siempre he huido de los periodistas que se creen maestros, de los periodistas que se creen en disposición de dar lecciones de periodismo, no puedo soportar que se ridiculice a una profesional por sus fallos. Todos, alguna vez, hemos cometido un error. Y también dos. E incluso tres... ¿Verdad Sara?