OPINIÓN EXPRÉS

Cristiano Ronaldo y la estupidez humana

Criticando de forma prepotente a Xavi, Cristiano Ronaldo ha demostrado su bajeza moral

Cristiano Ronaldo ha vuelto a demostrar su prepotencia

Cristiano Ronaldo ha vuelto a demostrar su prepotencia / sport

Lluís Mascaró

La estupidez humana supera, demasiado a menudo, todos los límites imaginables. Y Cristiano Ronaldo es la mejor prueba de ello. Además de rico, guapo y bueno, el portugués es tonto. Muy tonto. Y no es un insulto. Porque lo que dijo sobre <strong>Xavi </strong>solo se merece este calificativo. Cristiano es un chulo prepotente, se cree el centro del Universo, y no se da cuenta de que hace un ridículo espantoso con sus manifestaciones de niño malcriado.

Faltarle el respeto a Xavi es faltarle el respeto al Fútbol en mayúsculas. Un deporte que el centrocampista catalán ha sublimado en el Barça y en la selección española. Sí, ahora juega en Catar. No, no ha ganado ningún Balón de Oro. Pero Xavi pasará a la historia como el símbolo de un modelo futbolístico que ha sido elogiado en el mundo entero. Y no solo eso. Xavi también pasará a la historia por su comportamiento ejemplar dentro y fuera de los terrenos de juego. Dos ‘títulos’ que valen más que un millón de Balones de Oro. Y que Cristiano ni tiene ni tendrá nunca...

Cristiano Ronaldo debería aprovechar una pequeñísima parte, ínfima, de todo el dinero que tiene para contratar a un buen asesor de imagen. Uno bueno de verdad. No uno de esos que solo elogia al amo para quedar bien. Sino uno que le diga la verdad, que le explique, mirándole a los ojos, que con su actitud solo provoca desprecio.

Seguramente a Cristiano le importe un bledo lo que la gente piense de él. Solo escucha a los aduladores que le rodean. A los muchos aduladores que le rodean. Pero entonces que no se queje de esa imagen de chulo insoportable que se ha ganado a pulso. Y no lo digo solo por su falta de respeto a Xavi. Ni siquiera lo digo porque sea madridista. Lo digo, sinceramente, porque no hay nada que me repugne más que la prepotencia. Y de eso, a Cristiano, le sobra.