Mourinho es Dios: no se equivoca nunca

Lluís Mascaró

Lluís Mascaró

Mourinho acaba de establecer un récord negativo con el Madrid. Tras el KO en Granada, el equipo del técnico portugués ya ha perdido 8 partidos a lo largo de esta temporada, igualando así sus peores registros en el Inter y en el Chelsea. Y eso cuando todavía queda casi media Liga por jugar y con la vuelta de las semifinales de la Copa ante el Barça y los octavos de final de la Champions frente al Manchester United a la vuelta de la esquina. Con lo que lo más probable es que supere ampliamente este récord de derrotas.

Lo curioso del caso es que Mourinho, según su entender, no ha sido el culpable de ninguna de estas derrotas. En su habitual estrategia de sentirse el 'Special One' y echarle la culpa de todo a los demás, el entrenador del Madrid ha sabido encontrar responsables de sus males en todos estos partidos que ha perdido. Si en temporadas anteriores eran los árbitros (el manoseado 'villarato') y el calendario los culpables de sus desgracias, ahora ha dirigido sus iras hacia el vestuario, hacia sus propios futbolistas.

Este sábado, sin ir más lejos, cargó duramente contra Sergio Ramos, Marcelo, Coentrao, Di María e Higuaín, pero sin nombrarlos. "El miércoles tuvimos un gran desgaste en el partido de Copa. Pero hay jugadores que no jugaron ni un minuto y no sé porque estaban cansados porque el miércoles estaban en el banquillo o en la grada". No es la primera vez que Mourinho ataca a sus futbolistas. Durante los últimos meses se ha enfrentado muy duramente con Ramos y Casillas, al que ha llegado a apartar de la titularidad. Pero también ha tenido fricciones con Ozil, con Kaká, con Benzema y hasta con el propio Cristiano Ronaldo, al que le recriminó que no bajara a defender.

Todo, siempre, con el único objetivo de no aceptar su responsabilidad y seguir presumiendo de palmarés. Mourinho piensa que él es Dios, que él gana los partidos y que sus jugadores son los que los pierden. Cuando muchas veces es todo lo contrario. Un poco de modestia no le sentaría nada mal al entrenador portugués. Aunque por lo que le queda en el convento...