El final más inesperado de Vanden Borre

Anthony Vanden Borre, de 29 años y cedido esta temporada por el Anderlecht al Montpellier, decidió poner fin a su carrera, de forma sorprendente, bajo el argumento que su cuerpo y cabeza ya no le responden.

La noticia, adelantada por el diario belga La Dernière Heure, debería hacerse oficial en los próximos días, después de que el lateral concrete la rescisión tanto con el Montpellier como con el Anderlecht, con el que mantiene contrato hasta junio de 2019 y que, según fuentes periodísticas belgas, no aceptará la cancelación hasta que, por escrito, el futbolista informe que no fichará por ningún otro club profesional.

Nacido en la República Democrática del Congo y surgido de la cantera del Anderlecht, Vanden Borre debutó en el primer equipo en un partido de Liga frente al Charleroi en marzo de 2004, cuando apenas contaba con 16 años. Su impacto fue de tal calibre que un mes después Aimé Anthuenis le hizo debutar con la selección absoluta en un amistoso frente a Turquía y su nombre se catapultó como la mayor promesa del fútbol belga.

Considerado una estrella precoz, debutó en la selección belga con 16 años

En el verano de 2005 su nombre se relacionó, entre otros, con Manchester United como alternativa a Gary Neville y con Bayern Múnich para rivalizar con Willy Sagnol, pero decidió extender su contrato por cinco temporadas con un Anderlecht al que se le aventuraba un excelente futuro con él, Kompany o Dindane al frente...

Pero no sucedió. Penalizado por las lesiones, contrariado por su difícil relación con el entrenador Franky Vercauteren y decepcionado por la marcha de Kompany al Manchester City, Vanden Borre forzó en 2007 su traspaso a la Fiorentina, que pagó cerca de 5 millones por su fichaje y al cabo 217 minutos repartidos en cinco partidos lo mandó, seis meses depués, al Genoa.

Manteniéndose en los planes de la selección, su carrera en Italia fue un absoluto fiasco, del que pareció resucitar con una cesión al Portsmouth, que no pudo quedárselo por estar en aquel momento, 2010, en pleno derribo y camino a una desaparición que rozó al cabo de tres años.

Colega de Kompany en el Anderlecht, su carrera se derrumbó al irse a Italia

Para entonces Vanden Borre, en enero de 2013, estaba de vuelta a casa, al Anderlecht, tras un paso accidentado por el Genk, donde Vercauteren intentó, sin fortuna, relanzarle y uno inverosímil y breve por el Tavriya Simferopol de Ucrania, con el que disputó apenas tres encuentros.

Personaje de gran calado en el fútbol nacional, hasta Wilmots le devolvió al plano con la selección, llevándole al Mundial de 2014 en que sufrió una grave lesión, de la que se recuperó para ganarse un lugar la siguiente temporada en el Anderlecht. Su papel en el equipo, sin embargo, fue en descenso hasta ser invisible, lo que provocó su cesión en el verano de 2016 al Montpellier.

En el Montpellier jugó cada vez menos... Y engordó cada vez más. Hasta decir basta

En el club francés jugó cada vez menos y engordó cada vez más, desapareciendo del plano en noviembre... Y, de acuerdo a lo publicado en la prensa de su país, arrojando la toalla con la llegada del nuevo año.

Un final que nadie habría podido imaginar cuando en la primavera de 2004 se hablaba de él como una de las figuras más emergentes del fútbol continental.