San Mamés llama a la historia

Al cabo de 16 años, el Athletic vuelve a llamar a la puerta de la Champions. Se jugará su presencia en la fase de grupos en un partido a cara o cruz frente al Nápoles que servirá para estrenar el flamante nuevo coliseo rojiblanco con todo el graderío finalizado.

Acabada la Semana Grande propiamente dicha, el fútbol le ofrece al Athletic convertirse en un fin de fiesta por todo lo alto, concretando su inclusión entre la aristocracia continental. Para ello le valdría ganar o empatar sin goles, después del 1-1 con que acabó el partido de ida disputado la semana pasada en San Paolo.

El 26 de agosto de 1998, ayer se cumplieron 16 años, un solitario gol de Joseba Etxeberria le valió al equipo dirigido entonces por Luis Fernández para eliminar al Dinamo Tbilisi de Georgia gracias al doble valor de los goles en campo contrario. Aquel equipo, subcampeón de Liga un curso antes, tuvo una presencia efímera en el campeonato: encuadrado en el grupo B con Juventus, Galatasaray y Rosenborg, el Athletic se despidió en la fase de grupos, quedando último aunque perdiendo toda opción por su derrota en la penúltima jornada (2-1) en el campo del Rosenborg.

Aquella fue la última ocasión en que Bilbao escuchó el himno de la Champions y es ahora cuando los 50.000 hinchas que llenen las gradas del estadio que se levanta sobre el mismo terreno que acogió a la legendaria Catedral sueñan con retornar a la elite europea y asistir mañana al sorteo de la fase de grupos.

El sorteo de la previa no le benefició, pero el fútbol le puso en el camino correcto. El Nápoles de Rafa Benítez, tercer clasificado la pasada campaña en la Serie A y que cayó en la fase de grupos de la Champions en el grupo más igualado que se recuerda (acabó tercero con los mismos 12 puntos que Borussia Dortmund y Arsenal), acude a San Mamés con la necesidad de marcar si quiere tener opciones de jugar por segunda temporada consecutiva el máximo trofeo continental.

Valverde recordó que la pasada temporada no hubo ningún 0-0 en casa, resultado que le valdría al Athletic para clasificarse y advirtió de la peligrosidad de un rival, el Nápoles, cuya plantilla está confeccionada para ganar la Liga italiana y dar que hablar en Europa.

Es por ello que el Athletic rechazará un partido a tumba abierta, consciente de que el rival sí deberá salir a buscar la meta de un Iraizoz que estará acompañado por el equipo de gala. Benítez, que no contará con De Guzmán (su último fichaje), tampoco tendrá problemas para confeccionar el once.