Los merengues logran el Trofeo Bernabéu ganando 5-0 al Al Sadd

Raúl coronó su homenaje con un gol vestido de blanco

Tres años después de abandonar el Bernabéu por la puerta de atrás, el delantero regresó a su ‘casa’ y no pudo evitar las lágrimas ante el cariño de la afición

Toni K. Burrueco

El Santiago Bernabéu rindió merecido tributo a uno de sus mejores jugadores de los últimos años, uno de los 'suyos', Raúl González Blanco. La XXXV edición del Trofeo Bernabéu fue el marco elegido y el Real Madrid, con la complicidad de la afición que llenó el estadio, organizó un homenaje que el '7' tardará en olvidar.

Los nervios que Raúl había dejado notar en la vispera volvieron a florecer cuando volvió a pisar el césped para calentar vestido de madridista y recibió la primera ovación de la noche. Los honores continuaron con un pasillo de ambos equipos a Raúl, que pudo saludar a la afición rodeado por los 16 títulos que conquistó en sus 16 años en el primer equipo. Posteriormente, Raúl subió al palco para recibir de manos del SM el Rey Juan Carlos I una réplica de la Cibeles y saludar a sus hijos, cuando ya no pudo contener las lágrimas. Finalmente, los prolegómenos concluyeron con Casillas 'devolviéndole' su brazalete de capitán.

Cuando el balón echó a rodar, Raúl se encargó de poner el mejor colofón posible a su noche con un golazo. Corría el 23' cuando Di María colocó un centro medido que Raúl controló orientadamente y definió a la perfección para colocar el 1-0, que celebró emocionado. Eso fue, junto a los silbidos a Casillas de parte del público que la mayoría replicaba con gritos de 'Iker, Iker¿, lo único destacable de la primera mitad.

En la segunda, ya con Raúl capitaneando al Al Sadd, el Madrid cumplió con los pronósticos y un cabezazo de Isco en el 59', un penalti transformado por Benzema en el 79' y un doblete de Jesé Rodríguez en el 81' y el 88' colocaron el 5-0 definitivo, lo de menos en una noche que solo se recordará como la gran despedida a Raúl.