Motín contra Cristiano Ronaldo

La rebelión que iniciaron los españoles después de que Mourinho castigase a Casillas acabó con los privilegios que tenía hasta entonces Cristiano

Francesc J. Gimeno

El portugués Cristiano Ronaldo está exhibiendo en los últimos partidos un perfil mucho menos egoísta de lo acostumbrado ¿ha firmado cinco asistencias de gol en los últimos tres encuentros¿ y, curiosamente, eso se ha reflejado en sus estadísticas individuales ¿no marca desde el pasado 27 de septiembre¿. Ambas circunstancias son consecuencia, en gran parte, del motín que protagonizaron los jugadores españoles hace unas semanas. El nombre de Cristiano Ronaldo fue uno de los temas estrella de aquel encuentro que el técnico, José Mourinho, mantuvo con los `indignados¿ del vestuario blanco.

Cansados de la bula que Mourinho ha concedido desde el primer día a su compatriota, los españoles exigieron al técnico que tomase cartas en el asunto de una vez por todas. Le conminaron a acabar con los favoritismos y se quejaron especialmente de que a Cristiano le dejara hacer todo lo que quería dentro del vestuario y en el terreno de juego.

Durante aquella charla los internacionales españoles plantearon al entrenador portugués que el objetivo es conquistar títulos y no que la estrella madridista acumule galardones individuales como en la pasada temporada ¿Bota de Oro y Pichichi¿. Mourinho pareció entender el mensaje de sus jugadores y desde aquel día Cristiano Ronaldo está jugando para el equipo, olvidando su tradicional egoísmo.

De hecho, el propio entrenador madridista destacó ese cambio de actitud de su jugador preferido en la rueda de prensa del pasado martes, al afirmar que “estoy encantado con Cristiano. En los últimos partidos no ha marcado, pero el equipo sí. Me gusta verle de este modo inteligente y solidario de hacer las cosas. La pasada temporada ganó la Bota de Oro y el Pichichi. A lo mejor esta campaña gana cosas más importantes”.

Aquel motín fue consecuencia directa del castigo que Mourinho decidió imponer a Casillas por su reconciliación con el blaugrana Xavi Hernández a finales del pasado mes de agosto, que ambos internacionales escenificaron desayunando juntos antes de una convocatoria con la selección española. Al técnico portugués le sentó fatal que el capitán madridista decidiese poner punto y final a las hostilidades con los blaugrana y le pidió explicaciones en una llamada telefónica posterior. El portero le dejó claro que no era nadie para decirle con quién tenía que ir a comer y que en su vida privada podía hacer lo que creyera oportuno con sus amigos. Mourinho le `premió¿ dejándole en el banquillo en el Trofeo Bernabéu. Indignados, el resto de españoles pidieron una cita a Mourinho. El portugués quiso que en la reunión estuviesen presentes todos los jugadores, pero finalmente aceptó ver solo a los españoles.