El portugués anunció su continuidad si los jugadores le apoyan

Los españoles no quieren a Mou

La obsesión de Mou era la Champions y, quizás, se hubiera ido ganando el título. Ahora se queda y habrá problemas

Alejandro Alcázar

Mourinho vivió la noche del miércoles su peor día como entrenador del Real Madrid. El luso se veía ya ganador de la Champions y principal artífice de un doblete que podía cambiar la historia del club. Pero falló y esa misma noche decidió anunciar su continuidad, aunque sacó a relucir los graves problemas que vive dentro del vestuario. Mou aseguró tener la confianza total del club, pero dudó de los jugadores. Aseguró que si ellos querían seguiría en la entidad y ahí va a tener problemas. Florentino Pérez sabe que su relación con el núcleo duro de los españoles en el vestuario es muy mala y será muy complicado volver a establecer vínculos positivos.

El anunció de Mou no cogió por sorpresa al Madrid. El club sabía ya hace unos meses que el entrenador iba a continuar a pesar de los contínuos rumores de su marcha. Fue el propio entorno del técnico quien se encargó de lanzarlos a la luz pública para que el madridismo tuviera miedo en el futuro y no perdiese apoyos en una temporada que se vislumbraba complicada. Eso sí, Mourinho dudaba si seguir en el caso de lograr el doblete, con Liga y Champions bajo el brazo, sabedor que sería una gesta muy complicada de igualar en el futuro.

Al caer eliminado ante el Bayern, el entrenador portugués eliminó cualquier duda y aseguró que seguiría dejando una patata caliente al presidente, Florentino Pérez. Y es que Mourinho lleva meses diciéndole que hay una serie de jugadores que están en su contra y que son perjudiciales para la armonía del grupo. El problema es que su principal desencuentro se centra con Iker Casillas, el capitán del equipo y jugador más querido por el público del Bernabéu.

Florentino Pérez le ha prometido poder absoluto a Mourinho para que tome las decisiones más oportunas. Y eso pasa por las altas y las bajas, pese a quien pese. Pero el presidente le ha dejado bien claro que no está en condiciones de cargarse a Iker Casillas. Si quiere, Mou tendrá carta blanca para fichar a un guardameta de nivel para que le haga competencia. El objetivo es que Casillas vaya perdiendo peso en el equipo y que, en el futuro, no acabe siendo indiscutible. Eso si, Florentino mediará entre las dos partes para que lleguen a un pacto de no agresión que pueda tirar por la borda todo el próximo proyecto madridista.

Casillas no comulga con el estado de crispación que ha instaurado Mourinho en el Madrid. Está harto de la mala imagen que se está labrando el equipo y el club y, en más de una ocasión, se ha negado a seguir los postulados del técnico. A su lado está Sergio Ramos y Xabi Alonso, jugadores de mucho peso y que tienen una relación muy fría con el clan portugués. Todos hubieran preferido la salida de Mourinho, con quien tampoco están de acuerdo con muchas de sus decisiones tácticas, pero deberán tragar. El Madrid tiene un grave problema dentro del vestuario y acabará estallando tarde o temprano cuando no lleguen los resultados.