Sigue sin pronunciarse sobre su continuidad

Higuaín se niega a firmar con el Madrid

Gonzalo Higuaín está empezando a acabar con la paciencia de los dirigentes madridistas. Mourinho pensaba que le había convencido para seguir

A. Alcázar

Pasan los días y el argentino Gonzalo Higuaín sigue sin dar señales de vida. En las oficinas del Santiago Bernabéu le esperan para rubricar el nuevo contrato que le prometió el técnico blanco, José Mourinho, en la reunión que mantuvo hace unos días con el padre del delantero, Jorge Higuaín. La situación se ha enrarecido tanto que Florentino Pérez, presidente madridista, está dispuesto a coger personalmente el timón de las negociaciones y plantear un ultimátum al jugador. No piensa esperarle mucho más tiempo. Higuaín tendrá que decidirse.

El máximo dirigente madridista empieza a tener la mosca tras la oreja. Le disgusta el plantón de Higuaín y, sobre todo, su indefinición. Mourinho salió de la reunión que mantuvo la semana pasada con el padre del jugador convencido de que le había convencido para continuar en el Madrid. Para sorpresa del técnico portugués y de la directiva, un día después Jorge Higuaín se presentaba en Turín para negociar con la Juventus.

El equipo italiano y el París Saint Germain son los dos clubs que más interés han demostrado hasta ahora en la contratación del delantero madridista. Ninguno de los dos ha lanzado la toalla, pese a que en Madrid ya daban por sentado que el argentino se había comprometido a seguir, como mínimo, una temporada más. Higuaín está jugando al gato y al ratón, pese a que el club madridista se había comprometido a mejorarle sustancialmente el contrato.

Gracias a ese aumento, el delantero argentino pasaría de los 3,5 millones de euros actuales a percibir cinco millones netos por campaña. En las conversaciones mantenidas también se abrió la puerta a una prórroga de dos años de su compromiso con el Madrid, que en estos momentos expira en junio del 2016.

Cansado de esperar, Florentino Pérez está decidido a asumir las riendas de las negociaciones. Su primera medida será poner las cartas sobre la mesa y exigir una respuesta en uno u otro sentido por parte del jugador. Será un ultimátum en toda regla. Si Higuaín no quiere seguir, tendrá que encontrar un club dispuesto a asumir el pago de los 55 millones de euros que el Madrid exige por su traspaso. De momento, ni el PSG ni la Juventus han llegado a esa cifra mágica. La mejor oferta ronda los 40 millones. Franceses e italianos cuentan con aprovechar la voluntad del delantero de dejar el club, pero su problema también es que Higuaín tampoco se ha mostrado dispuesto a romper la baraja ni a mojarse públicamente.