La entrevista del día

Fran: "No creo que me faltara ambición"

Fran González fue un mito del 'Súper Depor' y una de las zurdas más delicadas de la historia del fútbol español. El fichaje de su hijo Nico por el Barça hizo que cogiera las maletas y se instalara en Sant Cugat

Fran González

Fran González pudo fichar por el Barça, pero prefirió quedarse en el Deportivo / sport

Dídac Peyret

¿Recuerda el momento exacto en el que decidió colgar las botas?

Sí. Recuerdo un partido en Riazor. Era enero y se me quedó clavado el tobillo. Noté algo raro y luego descubrí que me había destrozado parte del cartílago. 

¿Ahí terminó todo?

No. Porque tampoco quería terminar de jugar sin jugar. Ahí empecé a forzar, tomándome cosas para no sentir dolor, y fue un final muy duro. Quizás tenía que haber parado y operarme, pero en ese momento no quería terminar mi carrera con muletas.

¿Cuántas veces su cuerpo le recuerda ahora aquel episodio?

¡Joder! Perdí la cuenta de la de veces que me han operado. Al final, claro que te quedan secuelas. Sobre todo por culpa del cartílago del tobillo y la rodilla. Es lo que más me duele en el día a día.

Usted ganó una Liga, pero también perdió otra en el último minuto con el penalti de Djukic, ¿el tiempo lo hace más llevadero?

No. Se me quedará ahí para siempre. Es una espinita que sigue ahí. La imagen de ese vestuario roto. Imagínate. Aquello era un drama. Nadie hablaba. ¿Para qué hablar? La imagen de los jugadores llorando es una imagen que la tienes siempre ahí. Fue imposible dormir esa noche. Yo aún por suerte gané una Liga más adelante, pero creo que ese Súper Depor merecía esa Liga. Había un vestuario magnífico y una ilusión tremenda.

En esa época Barça y Madrid intentaron su fichaje... ¿Se arrepiente de no haber probado la experiencia? 

(Se lo piensa). No se puede volver atrás. Lo que yo digo es: si tú, que lo has dado todo por el Deportivo, renunciando a equipos como Madrid o Barça, luego tienes la despedida que tienes en la última etapa, al final uno reflexiona sobre muchas cosas.

¿Cómo fue el acercamiento con el Barça?

Tuvimos una reunión con Cruyff y Rexach. Y bueno, que estaban muy interesados en que viniese para aquí. Fue una reunión informal en un piso en La Coruña después de un Teresa Herrera.  

¿Le faltó ambición?

No, no creo fuera eso. Yo era muy feliz en el Depor, lo tenía todo y en esa época de felicidad, no di ese paso y ya está. Pero una de las razones era porque el Depor se codeaba con Madrid y Barça.

Irse suponía salir de la zona de confort...

Mira, lo que pasó, es que se jugaron unas cartas y salió que tenía que quedarme en La Coruña. A veces también hace falta que alguien te dé el empujón. A lo mejor si tienes alguien detrás que dice: 'demos el paso'... pero tenía un entorno maravilloso, en un equipo donde todo iba bien. Así que me preguntaba: '¿Para qué cambiar?'. 

El que sí ha dado el paso de irse al Barcelona es su hijo Nicolás...

Sí, pero hay que volver al pasado para entender las decisiones. Salí como salí del Depor. Hay gente que ahí no me quiere. No me quiere a mí y no quieren tampoco a mi hijo. Se pueden decir muchas cosas, pero más dolor del que puedo tener yo no la va a tener nadie. 

¿No hubo oferta del Deportivo?

El Depor trató de cumplir el expediente, pero si realmente hubieran querido al niño, estaría ahí seguro. Es un tema que se ha utilizado en La Coruña para darme cera. Y me parece de sinvergüenzas usar a un menor.  

¿Se ve reflejado en su hijo?

Nada, nada. Pero fíjate que se me criticó cuando dije que él ahora [Nico juega en el infantil A como centrocampista] es mejor que yo a esa edad. Pero es que la gente no entiende que él suma 5.000 entrenamientos más de los que yo sumaba. Los niños de hoy en día están muchos mejor preparados y más en un club como el Barça.

¿Cómo ve la situación del filial? 

Es un equipo que me gusta muchísimo. Incluso hay jugadores que les queda pequeña la categoría. 

¿Pondría a Samper, Grimaldo y Munir en ese grupo?

Sí, son jugadores que podrían estar en Primera. Creo que deberían sufrir un poquito más. Hay casos como Silva, que jugó en el Eibar. El mismo Rafinha tuvo que forjarse en Vigo. Xabi Alonso estuvo en Segunda. Es fundamental que cada año sea más exigente para ellos. Pero aquí el proceso de formación es un poco distinto.