Perfil de los finalistas

Cristiano Ronaldo, sin títulos no hay paraíso

El delantero del Real Madrid, un habitual en estas citas, vuelve a aspirar a un Balón de Oro que se le presume especialmente amargo ante el monopolio de Messi

Alfonso Callejas

Tras subirse por primera vez al podio en 2007, Cristiano Ronaldo tardó solo un año en alzarse como el mejor jugador del planeta. Todo eran halagos y tiempos felices para el astro de Madeira hasta que se cruzó en su camino un prometedor Leo Messi. En 2009 quedó relegado a la segunda plaza por detrás de 'La Pulga' y en 2010 restó incluso fuera del podio sucumbiendo ante el pleno azulgrana formado por Leo, Xavi e Iniesta.

A sus 26 años, Cristiano ha cuajado un buen año a nivel personal. Las cifras exponen su potencial goleador pero no esconden sus carencias en el reflejo de su juego en beneficio del colectivo en el Real Madrid. Así como Messi o Xavi son vitales en el engranaje ofensivo del Barça, 'CR7' apenas contribuye en la elaboración del juego.

Aún se le espera como líder

Cristiano ha explotado definitivamente como goleador en el último año. Con 53 tantos lideró al Real Madrid en el aspecto goleador, firmando una desproporcionada cifra de 40 goles en Liga, que le dieron el pichichi ante un Messi que se reservó en las últimas jornadas a las puertas de la gran final de la Champions League de Wembley.

Sin embargo, el portugués acumula los borrones de pasar desapercibido en los trascendentales duelos ante el Barça en las semifinales de la Champions. Su gol, decisivo eso sí, en la final de la Copa del Rey es un aval muy pobre como para equipararse, especialmente, con el derroche de calidad de Leo Messi en los partidos vitales de este 2011.

Algo parecido le ocurrió también en la selección, donde Portugal se vio abocada a la repesca ante Bosnia, al no cumplir con los deberes antes de tiempo.

Portugal, de más a menos

Su papel en el combinado luso es precisamente otra de sus grandes lagunas. Tras una irrupción meteórica en la Eurocopa de 2004 celebrada en su país donde los lusos solo cedieron en la final ante una sorprendente Grecia, y un gran Mundial de Alemania en 2006 en el que llegó a semifinales, el pueblo portugués esperaba que 'CR7' se erigiera como el gran líder de una nueva hornada e hiciera olvidar a la generación de los Deco, Maniche, Costinha, Pauleta y, especialmente, Figo.

Sin embargo, desde el preciso instante en el que tuvo que asumir grandes responsabilidades por su país, Cristiano no acumula más que decepciones. Un KO prematuro en los cuartos de final de la Eurocopa de 2008 y la eliminación en octavos de final del Mundial de Sudáfrica a manos de la España más azulgrana son su discreto bagaje.

Así pues, Cristiano se ha aferrado a su innegable talento individual y al potencial deportivo y económico de Manchester United y Real Madrid para luchar por títulos y por galardones individuales que alimentasen su insaciable ego. En Manchester, los títulos colectivos lo auparon a lo más alto, mientras que en Madrid las grandes conquistas se le resisten y los galardones individuales le han dado la espalda.

De callar bocas a abrirla más de la cuenta

Cristiano dio un vuelco a su trayectoria deportiva el 1 de julio de 2006. Portugal se medía a Inglaterra en los cuartos de final del Mundial de Alemania y el portugués protagonizó una acción que le marcaría personalmente durante largos meses. A la hora de juego, su compañero en el Manchester United, Wayne Rooney, propinó un duro pisotón al entonces central del Chelsea Ricardo Carvalho. Cristiano, lejos de eludir polémicas ante su compañero, corrió hacia el colegiado realizando aspavientos y pidiendo la roja. El resultado de la protesta fue devastador para los ingleses. Rooney acabó en los vestuarios y 'CR7' guiñando el ojo a su banquillo de forma cómplice.

Las reacciones no se hicieron esperar. Los siguientes meses fueron terribles para el portugués. La prensa británica se cebó con él sin cesar, pidiendo incluso su traspaso, mientras en Manchester resonaban las amenazas de Rooney, que avisaba que iba a “partirlo en dos” cuando se reencontrase con él. Lejos de hundirlo en su paso por Old Trafford, Cristiano afrontó el reto y asombró a la Premier League cuajando una temporada para enmarcar. 'CR7' calló muchas bocas dedicándose exclusivamente a jugar; una premisa que olvidaría años después en su desembarco en Madrid, donde se ha generado multitud de antipatías con una facilidad pasmosa.

Messi, su reto imposible

Tras el reto de coronarse en el 'Teatro de los sueños' y convertirse en el mejor jugador de la Premier, Cristiano asumió el desafío de liderar el nuevo proyecto faraónico de Florentino Pérez en el Real Madrid. Tras una primera campaña marcada a nivel personal por una lesión de tobillo y la prematura eliminación en octavos de final de la Champions ante el Lyon, Cristiano ha vuelto a darse de bruces con el mejor Barça de la historia y un Leo Messi que no cesa en su empeño de agrandar su leyenda particular y la del equipo azulgrana.

Con Leo, Cristiano ha hallado a su Némesis particular y se antoja realmente complicado que ya sea a corto, medio o largo plazo, el delantero del Real Madrid pueda alcanzar el nivel individual que exhibe actualmente el astro del FC Barcelona. Su traslado de Madeira a Lisboa, su operación de corazón en plena adolescencia, la furia de media Inglaterra, o los infundados rumores sobre una vida íntima poco profesional fueron algunos de los grandes obstáculos que Cristiano supo sortear para convertirse en el gran futbolista que es hoy día. Sin embargo, su último reto, desbancar al Mesías actual del universo del fútbol, dentro y fuera de los terrenos de juego, se antoja prácticamente imposible. La respuesta la tendremos el próximo 9 de enero, con Xavi Hernández como invitado de lujo y tercera vía al máximo galardón individual.