Pepe Mel: "Arriesgué mucho... pero al Betis no podía decirle que no"

Pepe Mel ha sido el faro  que ha guiado al Betis hacia un ascenso tan difícil como necesario para la entidad. Llegó el 20 de diciembre, después de que Juan Merino y sus cinco triunfos seguidos hubieran calmado el cisma de la ‘era Julio Velázquez’.

El Betis frenó su tercera novela... ¿Cómo titularía esta temporada?

Pues es bastante fácil. Trabajo y objetivo cumplidos.

¿Le costó dar la vuelta a la tortilla?

Cuando llegué faltaban 24 partidos, que son muchos puntos. Teníamos 33 y la experiencia me decía que necesitaríamos 80. Había que sumar casi 50 en 24 partidos... solo nos valía ganar y ganar. Siempre es la misma historia. Tienes que convencer a los futbolistas para que crean en tu forma de trabajar y que eso haga crecer al equipo.

¿Le atraía el proyecto?

Más que el proyecto, es que no le podía decir que no al Betis. Eso lo resume todo. A cualquier otro club de Segunda, por grande que fuera, le habría dicho que no. Después de tres años en Primera y uno en la Premier no me apetecía demasiado estar en Segunda, pero con el Betis no miro la categoría.

¿No suponía arriesgar demasiado?

Sí. Tenía mucho que perder y si subíamos era cumplir el objetivo. Ahora todo parece fácil, pero hemos tenido que trabajar mucho.

¿Qué ha supuesto la llegada de Juan Carlos Ollero a la presidencia?

A mí me transmite tranquilidad y pausa en todo lo que hace. Su saber estar en un club tan convulso es fundamental. Además, ha conseguido resguardarme a mí, porque en épocas pasadas a veces yo era el único portavoz. Ahora solo me centro en el fútbol. Este presidente representa muy bien al Betis.

¿Cómo recuperó a Jordi Figueras?

Ha sido clave su forma de ser. Eso le ha ayudado. No se asusta. Le gusta asumir la responsabilidad aunque el entorno no estuviera a su favor y eso es mérito suyo. Después, en el tema judicial (presuntos amaños) lo defendí en público.

¿Y a Jorge Molina?

El primer entrenador (Velázquez) no contó con él y el segundo (Merino), tampoco demasiado. Para mí es el jugador más importante del equipo. Es el que sabe hacer cosas diferentes para que Rubén se dedique a lo que tiene que hacer. De sus 18 goles esta temporada, ha marcado 16 conmigo, así que imagínate. Pero el gran responsable es él. 

¿Y Rubén Castro? ¿Es difícil de llevar? 

Es facilísimo. En seis años con él la conversación más larga que hemos tenido es cómo estás, bien y poco más. Es muy introvertido... hay que saberlo entender. En la fiesta querían que hablara, pero eso no va con él. Conmigo no tiene las exigencias que le piden otros entrenadores. Confío ciegamente en él y solo le pido que rinda en campo.

¿Y en el tema judicial? 

Nosotros creemos en el chico, por su forma de ser y por cómo se comporta no nos cuadra. Es algo muy delicado. Yo solo pedí que la opinión pública no lo juzgue y él me lo agradece. Rubén quiere centrarse en el trabajo y ojalá que lo que pase sea lo mejor para todos.

El Betis no quiere más ascensos. Para ello, será clave hacer los deberes este verano, ¿no?

Es muy importante. Hay que mejorar la plantilla para una categoría que no tiene nada que ver con Segunda. Es mucho más difícil subir que mantenerse. Para subir hay que ganar muchos partidos y para salvarse la puntuación es mucho más baja. Hay que trabajar para una temporada de transición hacia un Betis más tranquilo y afianzado.

¿Qué me dice de (Eduardo) Macià, el director deportivo? 

Llega nuevo. Yo soy uno de los que le ha explicado cómo es la ciudad, cómo funciona el club... Por suerte, parece que vemos el fútbol de la misma forma y ahora tenemos que acertar.

¿Renovará Dani Ceballos?

Sí, pero eso preocupa más fuera que dentro. Es que yo parto con ventaja, porque tenemos el mismo representante (Bahía) y sé que quiere lo mejor para el chico. Lo que necesita son unos años en Primera con el Betis. Le harán crecer como jugador y subirá su valor.

¿Qué prometería a ese tesoro que es la afición del Betis?

Prometer es muy arriesgado, porque hay cosas que no controlas. Puedo prometer un equipo trabajador, que lo dé todo, que sea difícil de ganar y que compita para que estén orgullosos. Y siempre queriendo el balón, eso va en el ADN de este entrenador. Me fui de la Premier porque no entendían el juego como yo.