ASCENSO A LIGA BBVA: GIRONA-CÓRDOBA

Un inmenso Girona sigue vivo en el sueño del ascenso

El Girona cumplió, no sin sufrimiento, ante su afición. Los de Machín levantaron un marcador adverso y apearon a un Córdoba que acabó con diez tras una prórroga épica

Lluís Payarols

Fue un partido intenso, largo y no apto para cardíacos, pero el Girona de Pablo Machín se llevó el gato al agua ante el delirio de sus aficionados. Quizá fue la otra cara de lo vivido un año atrás, con aquel 'palo' en la visita del Lugo y la remontada del Zaragoza en Montilivi. Justicia divina, dirán algunos. El primer paso está dado pero queda el más importante, contra Osasuna. Eso sí, con la vuelta en casa.

Los dos equipos cumplieron con el papel previsto en la primera parte. El Girona debía salir a buscar el gol y el Córdoba, a aguantar esperando sorprender. Machín decidió apostar por Cristian Herrera y Lekic arriba, con aportaciones ofensivas del central Lejeune, ausente en la ida. Precisamente, el francés tuvo la primera ocasión del partido, rematando por encima del travesaño una falta lateral.

Con la afición del Girona dejándose la voz, las llegadas se multiplicaban ante Razak, con el trabajo de los carrileros Clerc y Aday poniendo en aprietos a la cobertura cordobesa. Oltra y los suyos confiaban en alguna aparición esporádica, como la que se produjo en una cabalgada de Fidel y remate de Raúl de Tomás desviado.

Lekic no tuvo su día y fue sustituido en el descanso, por lo que las ocasiones más claras pasaban por las botas -y a veces por la cara- de Cristian Herrera. Esta última acción se inició en un disparo de Pere Pons que se estrelló en el rostro del delantero y obligó a reaccionar a Razak. El portero internacional ghanés parecía infranqueable, mientras que el Zamora de Segunda, Isaac Becerra, era mero espectador del asedio de su equipo.

'Reset' en el descanso

Dominio del Girona pero sin efectividad. Pablo Machín buscó soluciones y acertó. Refrescó el centro del campo con Álex Granell por Eloi Amagat, mientras que recurrió a la carta de Rubén Sobrino para sentar a un Lekic desaparecido. Y los dos suplentes salieron enchufadísimos, espoleando con sus dos primeras acciones a la grada de Montilivi y abriendo dudas en las resoluciones de Razak. Primero, Granell intentó un disparo lejando. Dos minutos después, el ghanés tuvo que detener en dos tiempos una ocasión de Sobrino.

Pero cuando el Girona estaba más volcado en pos del primer gol, el Córdoba logró su objetivo inicial: sorprender. Después de que De Tomás rematase alto un córner sacado por Fidel, el verdugo del partido de ida volvió a aparecer. Xisco recibió un pase de Caballero y no perdonó a Isaac Becerra. Silencio en casi todos los sectores de Montilivi, excepto el blanquiverde, claro.

Sin embargo, Pablo Machín había arengado a los suyos en el vestuario para que creyeran en sus posibilidades. Y creyeron gracias a la porfía de Borja García. El centrocampista lo intentó primero rematando un buen servicio de Lejeune, pero fue poco después cuando puso boca abajo Montilivi con un disparo desde fuera del área que pilló mal colocado a Razak.

José Luis Oltra movió ficha inmediatamente después, buscando apuntalar a su equipo ante el chaparrón. Entró Pedro Ríos por Nando y poco después retiró al incisivo Xisco para apostar por el centrocampista Víctor Pérez. De Tomás se quedaba solo en punta, mientras que la insistencia del Girona continuaba.

Imperial Aday

Fidel imploró penalti -no lo pareció- a Alberola Rojas quejándose de una entrada de Pere Pons poco antes de que Sobrino volviera a poner a prueba a Razak. Fue el preludio de la locura en el estadio blanquirrojo, cuando el propio jugador cedido por el Manchester City vio la entrada en el área de Aday y le envió un balón. El de Sentmenat, ese hombre que hizo las delicias de los aficionados del Granollers, Sant Andreu o L'Hospitalet, entre otros equipos, se ganó el amor eterno de la afición del Girona rematando lejos del alcance de Razak. 2-1, el mismo marcador de la ida.

El Girona quería más. Quedaban diez minutos por delante -más dos de añadido-, pero los de Machín no pudieron con Razak, a la vez que los cordobeses aguantaban para llegar a la prórroga. Aday, un futbolista muy castigado por las lesiones, tuvo que ser sustituido por otro cedido por el Manchester City, Pablo Maffeo. Y el partido se fue a la prórroga.

contra diez

El estadio rugía antes de afrontar un tiempo extra que, en caso de acabar con el mismo marcador, daría el pase al Girona por mejor clasificación en la Liga regular. Al Córdoba se le complicaba la eliminatoria por momentos y aún más cuando en una de las primeras acciones de la primera mitad, Stankevicius propinó un empujón a Cristian Herrera en la frontal. Falta clara y segunda amarilla para el lateral lituano. Los de Oltra se quedaban con diez, antes de que Borja García obligara a Razak a rechazar su disparo en el libre directo y Cristian Herrera resbalara en el intento de cazar el despeje.

El '16' del Girona sí que acertó a chutar ante el ghanés un minuto después, con nueva intervención del meta. Los de Machín dominaban, esperando la reacción de los cordobeses, que no llegó hasta el inicio de la segunda parte de la prórroga. No le quedaba otra a los de Oltra y cambiaron los papeles del inicio. De Tomás estrelló un libre directo en la barrera y Fidel reclamó otro penalti tras un intento de despeje de Pablo Maffeo. Fue justo antes de que en la contra Rubén Sobrino, solo ante Razak, perdonara y estrellara el balón en el lateral de la red.

La épica del partido aún guardaba otra sorpresa. Después de que Isaac Becerra realizara una intervención decisiva en un remate a bocajarro de Raúl de Tomás, el contraataque posterior llegó a Cristian Herrera quien, en un ejercicio de sangre fría, levantó el balón ante el desesperado Razak para sentenciar. El delirio.

El Girona no podía descuidarse. Quedaban tres minutos pero un gol cordobés lo cambiaba todo. Y lo tuvo el omnipresente Fidel en un chut picado que cazó bien colocado Becerra. Con los de Oltra viviendo en campo del Girona, Sobrino volvió a perdonar ante Razak Montilivi sufrió hasta el final, pero el Córdoba no logró su premio y el Girona, sí. Ya está en la final. Espera Osasuna y después... ¿la gloria?