El Valencia agrada a su afición goleando a un hundido Osasuna

Joan Pi

Después de una temporada convulsa, al Valencia no le quedaba otra que satisfacer a su afición -ayer solo los fieles ocuparon parcialmente Mestalla- y ofrecer un buen partido a los suyos. La visita de Osasuna, el colista de Primera, era la ocasión propicia para lograr la reconciliación con la grada y los muchachos de Voro no la desaprovecharon.

Jugó bien el Valencia y goleó con solvencia a Osasuna, que jamás dio sensación de poder complicar las cosas a los locales. Solo en los primeros veinte minutos hubo cierto nivel de competitividad entre ambos equipos. A las primeras ocasiones valencianistas por medio de Enzo Pérez y Cancelo, respondió Osasuna con opciones de Oriol Riera y Sergio León antes del cuarto de hora.

Llegado el minuto 21, Parejo ejecutó con peligro un libre directo que Sirigu logró desviar a saque de esquina. El posterior lanzamiento de córner lo rechazó Oriol Riera hacia la frontal, donde Cancelo cabeceó habilitando a Nani, cuyo centro-chut lo remató Garay anticipándose a David Garcia y logrando abrir el marcador.

Con el resultado a favor, el Valencia empezó a dominar con claridad el partido ante un Osasuna excesivamente encerrado en su campo. Carlos Soler gobernaba en la zona ancha, Nani desbordaba por la izquierda y en la banda contraria Montoya era un incordio constante con sus subidas.

Cuando el dominio local era más insistente, Osasuna estuvo cerca de lograr la igualada en una acción a balón parado. Una falta lateral que Fausto, sin marcaje, remató aunque con el pecho, lo que facilitó la reacción de Jaume para evitar el gol. Pero esa acción aislada no empañó el empuje local, que fue intensivo en los ultimos veinte minutos del primer tiempo. Nani, ambicioso en busca del gol, lo intentó en tres ocasiones desde todas las distancias. Pero no pudo con Sirigu.

Quien si lo hizo, por segunda vez fue Garay, que en el último suspiro del primer tiempo culminó una contra valencianista iniciada en un pase largo de Gayà sobre Zaza, que contróló y asistió a su central para que concretase su especial doblete, con dedicatoria a su reciente paternidad.

La segunda parte no deparó cambios tácticos. El Valencia seguía ejerciendo el dominio del juego y Osasuna intentaba asustar a la contra. En una de éstas, terminada en saque de esquina, llegó se segunda ocasión de los navarros, cuando Vujadinovic remató el córner ajustando el balón a la escuadra.

Respondió el Valencia con una oleada de ataques y en el último de ellos, Zaza peleó un balón por alto que alcanzó la posición de Gayà, quien empalmó una gran volea que se estrelló en la base del poste.

El conjunto ché tenía el choque bajo control pero Osasuna, haciendo muestra de coraje, no se rendía ni mucho menos. Pese a que el equipo navarro había llegado a Valencia absolutamente diezmado por las ausencias de jugadores importante, nunca bajó los brazos e intentó meterse de nuevo en el partido. Pudo hacerlo en el 60', cuando Sergio León consiguió controlar un balón en la frontal del área, recortar a Garay y lanzar un buen disparo que Jaume desvió con muchas dificultades. El esférico salió rechazado hacia el cuerpo de Oriol Riera que, pese a tener ante sí la puera vacía, no logró conectar correctamente con el balón y se desperdició la gran oportunidad de los navarros.

Siguió el control valencianista y en minuto 70', el recién incorporado Rodrigo rompió a la contra a la defensa rojilla y asistió a Zaza que marcó el tercero a puerta vacía. La cuenta ché se amplió cinco minutos después, cuando Montoya en funciones de extremo, centró un balón que Vujadinovic tocó con tan mala fortuna que hizo que el cuero superase por encima a su propio meta, llegando a pies de Rodrigo que solo tuvo que empujarlo al fondo de la red.

De ahí hasta el final, lo único reseñable fue el tanto del honor de los navarros, que llegó en el tiempo añadido tras una buena incursión de Berenguer hasta la linea de fondo, con pase de la muerte para Olavide quien colocó con intención el balón lejos del alcance de Jaume Doménech. El 4-1 final hizo justicia a los méritos de ambos equipos, que depararon un buen espectáculo a un estadio de Mestalla que apenas llegó a la media entrada.