El Sevilla se despide del título en el Calderón

Jordi Blanco

El Sevilla se despidió de la Liga en el Manzanares, arrodillado ante un Atlético que le superó por 3-1, ya amenaza seriamente su tercera posición y cinco días después de ser eliminado de la Champions le coloca en el peor momento de la temporada.

balón parado sucumbió el equipo andaluz, tumbado primero por un soberbio remate de cabeza del especialista Godín derrumbado después por un libre directo de Griezmann ante el que el cuadro de Sampaoli, que ha sumado solo dos de los últimos nueve puntos ligueros, no tuvo capacidad de respuesta. El tercer gol de Koke, a placer tras un rechace de Sergio Rico, mostró el derrumbe de este Sevilla bajo mínimos.

Simeone se le cruzó el partido de entrada, cuando en el primer minuto Vrsaljko se lesionó en la rodilla izquierda y debió ser sustituido por Juanfran, aunque ello no evitó que el Atlético tuviera una presentación a todo ritmo, ahogando al rival durante un primer cuarto de hora soberbio en el que avasalló y estuvo muy cerca de marcar.

Un zambombazo de Gameiro que se estrelló en el travesaño a los 13 minutos salvó al Sevilla, que tardó casi media hora en mostrarse y encajó el 1-0 poco después de que el árbitro le perdonase la amarilla a Ben Yedder por simular con todo descaro un penalti en el área local.

Especialista consumado y demostrado, Godín volvió a dar una clase maestra en el desmarque para cabecear con toda comodidad una falta botada por Griezmann a los 37 minutos que llevó el duelo al descanso con ventaja local. Merecida por su mayor empuje aunque no definitiva.

El Atleti, que pudo golear, ganó con una comodidad inesperada

Reapareció el Sevilla con mayor empuje en la segunda mitad y ello provocó que se adivinase un gol en cualquier portería por los espacios que dejó el equipo andaluz, errando primero Griezmann a los 51 minutos un cara a cara con Sergio Rico, no alcanzando Ben Yedder un centro mortal a los 55 ni controlando a los 58 Gameiro un balón con sabor a definitivo...

Y acabó siendo Griezmann, en un soberbio lanzamiento directo (en el que también colaboró la lentitud de respuesta del meta sevillista), quien puso tierra de por medio en el marcador al poco de superarse la hora de partido con un 2-0 que se entendía poco menos que definitivo.

Ese gol destrozó la moral del Sevilla, rendido y que pasó de suspirar con el empate a verse arrodillado goleado, con el 3-0 de Koke que dejó en evidencia a toda la zaga ante una recta final que pudo convertirse en una tortura si Sergio Rico no hubiera evitado dos remates mortales de Fernando Torres antes de que Correa maquillase el marcador.

Pero ya nada había que cambiar y el Atlético acabó llevándose con solvencia el duelo. Pudo incluso golear. Pero no le hizo falta.