Oblak, el muro que sostiene a un Atlético imbatido en Liga y a domicilio

Oblak, el muro rojiblanco en esta temporada

Oblak emerge nuevamente como muro rojiblanco para esta temporada / EFE

EFE

El portero esloveno Jan Oblak es el muro que sostiene a un Atlético de Madrid que no conoce la derrota en LaLiga, al igual que Barcelona y Valencia, y que tampoco ha sido vencido en ninguna de las ocho visitas que ha realizado a campos españoles y europeos.

Con el triunfo por 0-1 ayer en el estadio de Balaídos ante el Celta de Vigo, el Atlético se mantiene invicto en nueve jornadas de LaLiga Santander y suma ocho salidas sin conocer la derrota entre la competición doméstica y la Liga de Campeones.

En un inicio de temporada marcado por haber jugado las tres primeras jornadas fuera de casa debido a las obras de finalización del estadio Wanda Metropolitano, el Atlético ha visitado Girona, Las Palmas, Valencia y Roma de forma consecutiva, y luego ha viajado a Bilbao, Leganés, Bakú (Azerbaiyán) y Vigo.

Viajes de los que siempre ha obtenido réditos en forma de puntos: tres victorias (contra Las Palmas, Athletic Club, Celta) y cinco empates (ante Girona, Valencia, Roma, Leganés y Qarabag).

Para encontrar otro Atlético que acumulara ocho partidos fuera de casa sin perder hay que remontarse seis décadas atrás, a la temporada 1957-58, según recordó el club rojiblanco tras el partido de ayer.

El portero esloveno de 24 años está siendo una pieza fundamental en este arranque de temporada rojiblanco, escaso en goles por parte de los colchoneros, ya que con 15 tantos en 12 partidos es el menos goleador de los inicios de campaña con el entrenador argentino Diego Pablo Simeone.

Ante la falta de goles de los delanteros -el francés Kevin Gameiro se estrenó ayer de cara al gol en su primera titularidad liguera, Fernando Torres y el argentino Luciano Vietto aún no han marcado-, la portería del Atlético está a buen recaudo con el cerrojo a la que le somete su guardameta.

Buena prueba de ello lo que sucedió ayer, cuando Oblak respondió a remates de Sergi Gómez, Iago Aspas o el sueco John Guidetti que amenazaron la portería del Atlético. De los 19 remates del conjunto vigués, nueve fueron a puerta, todos ellos infructuosos por la labor del dorsal 13 rojiblanco.

Es el número más elevado de paradas que ha realizado el guardameta esta temporada en LaLiga Santander, que ya le hizo seis al Barcelona (recibió un gol, 1-1) y al Athletic Club (recibió otro pero la victoria fue rojiblanca por 1-2), cuatro al Girona (donde encajó dos goles para un 2-2) y otras cuatro atajadas ante el Málaga (triunfo 1-0 en el estreno del Wanda Metropolitano).

Otras cuatro paradas añade en total en la Liga de Campeones, en la que terminó imbatido en las visitas a Roma y Azerbaiyán (ambos con 0-0) y recibió los únicos dos goles en la única derrota del curso de los rojiblancos: el 1-2 encajado ante el Chelsea inglés en el Wanda Metropolitano, donde también tuvo paradas de mérito.

La seguridad de Jan Oblak forma parte del edificio rojiblanco de forma indisociable desde el último tercio de la temporada 2014-15, la de la llegada del guardameta esloveno, quien no obstante no comenzó con buen pie.

Su llegada estuvo marcada por la responsabilidad de sustituir al belga Thibaut Courtois en el vigente campeón de Liga aquella temporada, y por el alto precio pagado por su traspaso tratándose de un guardameta, unos 16 millones de euros abonados al Benfica portugués por un meta de 21 años.

Una microrrotura fibrilar en la cadera en agosto retrasó su debut hasta el 16 de septiembre de 2014, una fecha aciaga para el esloveno que recibió tres goles en Atenas, con goles del francés Arthur Masuaku, el holandés Ibrahim Affellay y el griego Konstantinos Mitroglou para el Olimpiakos, que ganó por 3-2 al Atlético.

El buen momento del balear Miguel Ángel Moyá, que se había asentado en la titularidad durante la lesión de Oblak, no le permitió tener oportunidades hasta la llegada de la Copa del Rey, en la que jugó contra el Hospitalet de Llobregat y también fue titular ante el Real Madrid, contra el cual dejó su portería a cero en la ida (2-0) de un cruce que superarían con un 2-2 en el Bernabéu.

No obstante, el momento definitivo para Jan Oblak fue una noche del 18 de marzo de 2015, en el Vicente Calderón, cuando su compañero Moyá se lesionó a los 20 minutos del partido de vuelta de los octavos de final de la Liga de Campeones contra el Bayer Leverkusen alemán.

El meta fue imprescindible al detener el primer lanzamiento de la tanda de penaltis al turco Hakan Çalhanoglu, con el que se puso los cimientos del pase rojiblanco a la siguiente ronda, en la que cayeron contra el Real Madrid, contra el que realizó multitud de paradas de sobresaliente.

A partir de entonces se ha cimentado como clave de la defensa rojiblanca y llegó a ganar el trofeo Zamora al portero menos goleado de la campaña 2015-16, igualando el récord que tenía el portero cántabro Paco Liaño desde el curso 1993-94, 18 tantos en 38 encuentros.

Políglota -habla cinco idiomas: esloveno, inglés, portugués, italiano y español-, sin miedo y "adicto al trabajo", Oblak está entre los 30 candidatos al Balón de Oro.

A día de hoy, muchos atléticos se lo darían a él si tuvieran que premiar a la clave del arranque rojiblanco, dubitativo en el ataque pero seguro en la portería.